Salud en Casa.- La importancia de traer al mundo un bebé en un entorno tranquilo y seguro es innegable. En este sentido, el parto humanizado cumple un papel esencial; ya que toma en cuenta todas las opiniones, necesidades y valoraciones emocionales de las mujeres y sus familias en el proceso de atención del nacimiento. Su principal objetivo es que cuando den a luz, éste sea un momento especial, positivo, donde la embarazada decida con total libertad sobre dónde, cómo y con quién estar acompañada.
La doctora Vanesa Ruiz, Coordinadora del servicio de
Ginecología y Obstetricia de la Clínica Ricardo Palma, subraya que este
modelo de atención considera de manera explícita y directa las preferencias de
la gestante y de cómo desea vivir el parto. “Los especialistas que atienden
este tipo de nacimientos son muy respetuosos y dan apoyo constante a la
parturienta manteniendo una comunicación fluida sobre la evolución del parto y
de los pasos a seguir”, explica la especialista.
Además, se le facilita a la gestante un ambiente
íntimo y agradable que le permita estar acompañada por quien desee. La
embarazada de bajo riesgo no es una paciente enferma, es una mujer que está pasando por un proceso fisiológico. Por
esta razón, la atención es lo menos intervencionista posible respetando así,
los tiempos y etapas normales del parto; ya que las intervenciones innecesarias
en un parto normal pueden tener como consecuencia la aparición de
complicaciones para la madre y para el bebé.
La doctora explica que en este tipo de atención del
parto se evitan procedimientos como tactos vaginales innecesarios, rasurado del
pubis, administración de enemas y/o uso rutinario de la episiotomía (incisión
que se realiza en la
entrada de la vagina durante el parto). Así también, se favorece el libre movimiento
de la gestante para que adopte la posición que le genere mayor comodidad y se
promueve el contacto precoz entre madre y recién nacido, quienes permanecerán
juntos siempre que sea posible a fin de promover el inicio precoz de la
lactancia materna y favorecer el vínculo entre la madre y el bebé.
Beneficios
La atención humanizada del parto promueve que la mujer
tenga una experiencia positiva de su parto, disminuye el miedo al proceso del
nacimiento y aumenta la confianza en sí misma y en los profesionales que la
atienden. Además, al facilitar la instauración de la lactancia materna, tiene
una serie de beneficios derivados de ello como son la disminución del riesgo de
hemorragia postparto o depresión materna; y en el recién nacido, reduce el
riesgo de síndrome de muerte súbita del lactante, lo protege frente a
infecciones y favorece el vínculo con su madre, aspecto fundamental para su
correcto neurodesarrollo.
El nacimiento de un hijo es un momento
único en la vida de una familia y merece ser tratado con respeto y cuidados
máximos por parte de los profesionales que laboren en este ámbito.
Se debe evitar la medicalización y los
procedimientos innecesarios en la atención del parto, y promover la fisiología
para minimizar el riesgo de complicaciones o efectos adversos en la mamá y en
el recién nacido.
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