Esta práctica tan común en hombres y mujeres, conlleva riesgos severos
incluso en pastillas que nos son familiares, como las aspirinas o algunas
vitaminas.
Salud en Casa.- Muchos de nosotros en esta época del
año, al presentar un resfriado o dolor de cabeza nos dirigimos a una
farmacia a comprar un analgésico o una
pastilla, pasando por encima de la consulta de un médico, sin saber que
podríamos ocasionarnos un problema mayor de salud y gastar más por algo que
supuestamente nos sanará, manifestó la Dra. Pamela Castro Zaragoza, médico
general del Portal Salud en Casa.
“Existen muchas
razones para la auto medicación, uno de ellos es el desconocimiento de las
consecuencias que puede ocasiona la presión de grupo
de nuestros propios familiares que nos ofrecen una alternativa para la solución
de nuestros problemas de salud basados en su propia experiencia, la falta de recursos económicos para acudir por atención médica, o
por comodidad de no hacer colas largas, entre otras”,
precisó.
Según la especialista,
esta práctica es un problema relacionado a una serie de complicaciones tales
como el enmascaramiento de la enfermedad, aparición de efectos adversos,
propensión o resistencia a los medicamentos empleados, facilitar el contagio y fomento de la
drogodependencia, por lo cual es necesario conocer que tan serio es este problema.
Riesgos que se exponen por auto medicarse
Para Pamela
Castro, esta
práctica tan común en hombres y mujeres, conlleva riesgos severos incluso en
pastillas que nos son familiares, como las aspirinas o algunas vitaminas,
porque cada persona es diferente y puede manifestar una reacción propia al
medicamento. “Todos los medicamentos son peligrosos en la automedicación. Por
ejemplo, la vitamina A en exceso produce daño tanto a mujeres embarazadas como
a los pacientes comunes”, indicó.
“Hasta una simple aspirina está
contraindicada para las personas que suelen hacer hemorragias o padecen de
úlcera gástrica, y los componentes de este medicamento le potencia estas
patologías. Por eso, se recomienda no tomar ningún fármaco por iniciativa
propia, lo cual resulta altamente peligroso, especialmente en las personas de
edad, las embarazadas y los niños.
En el invierno, se incrementan las
enfermedades respiratorias, y es donde
más personas acuden a las farmacias o boticas para calmar sus síntomas como
tos, congestión nasal, fiebre, malestar general, etc. “Probablemente la persona
que vende en las boticas o farmacias le den medicamentos que supuestamente
calmen los síntomas, pero que no van a atacar las causas, ya que no fueron
evaluados por un médico, por lo que es muy probable que no se curen y puedan
complicar su situación como por ejemplo con neumonías, que pueden tener
consecuencias fatales”.
“Los medicamentos contribuyen a
mejorar la esperanza de vida y a aumentar la calidad de vida de la población,
pero a veces surgen problemas sobre la efectividad y la seguridad de los mismos
debido a la automedicación. El uso correcto de los
medicamentos, cuando la situación clínica realmente lo amerite, busca que ello
sea con el menor riesgo posible”, agregó.
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