La generosidad en los niños es importante, enséñasela a tus hijos

Por: Mariela Luján

Diario Trome.- Cuando los niños empiezan a relacionarse con sus iguales, sea un amigo o un hermano, es natural que desarrollen un sentimiento de propiedad sobre sus 

cosas (juguetes).

Con eso no podemos decir que sean egoístas, pues es una 

reacción natural -ya que algo que sea suyo les da seguridad y por ello no lo quieren compartir-, pero, sí podemos enseñarles a ser generosos con ejemplos 

claros.

SIGA ESTOS CONSEJOS

Sea generosa usted. Cuando su hijo note que sus padres comparten, él también lo hará. De nada le servirá que le repita “tienes que compartir…”, una y otra vez si usted no predica con el ejemplo.

Anímelo a ser dadivoso. Por ejemplo, cuando se compre un chocolate, es importante que usted divida este dulce entre todos los de la familia. 

“Un trocito para papá y otro para mamá. Uno para ti, un poquito para la abuela…”. De preferencia, pídale al pequeño que lo haga él mismo para que se sienta partícipe de la buena actitud.

Enséñele a diferenciar las pertenencias. El televisor, la comida, las sillas, son de todos. En tanto la cama, la ropa y los juguetes son de él y tiene derecho sobre ellos, pero debe aprender a compartirlos porque así podrá hacer feliz a otra persona.

Léale cuentos que hablen del tema. Hay cuentos y fábulas que hablan de la generosidad y la bondad, incluso pasajes de la Biblia que podrían explicarle a su hijo la satisfacción que se siente ayudar a los demás.

Felicítelo. Las palabras que estimulen y motiven a los niños a compartir también son importantes. Cuando deje que otro pequeño toque sus juguetes, felicítelo diciéndole que es un niño muy bueno, que tiene buen corazón y que sabe ser amigo.

Fomente que interactúe. El juego en grupo le enseñará a su hijo a colaborar, expresarse, esperar su turno, ceder y tolerar pequeñas frustraciones. Esto lo entrenará para que en el futuro sepa relacionarse con los demás, sin creer que el mundo está en su contra.

Compréndalo. Es necesario que escuche los sentimientos de su engreído. Si le cuesta compartir, dígale que lo entiende, que es difícil, pero compartir es bueno. Tenga paciencia, frases como “eres malo”, “eres egoísta” no lo ayudarán a ser generoso.