Agencia Andina.-Aunque lo habitual es que el embarazo transcurra sin problemas, existen
algunos riesgos que se deben detectar a tiempo para prevenir posibles
emergencias para la madre y el bebé, informaron hoy médicos
especialistas en el Día de la Ginecología y Obstetricia Peruana.
El doctor Carlos Silva, ginecólogo de Sanna
Clínica San Borja, detalló cuáles son los signos de alerta que pueden
tomarse con seriedad para ser comunicados de inmediato al médico.
Sangrado vaginal: Se
puede presentar en cualquier momento del embarazo y requiere que la
gestante visite al médico de forma inmediata, más aun si también
presenta dolor abdominal y calambres.
Fiebre: De
superar los 38 grados y no bajar, se recomienda acudir al hospital para
localizar la causa ya que puede tratarse de una infección.
Pérdida de líquido:
Si la embarazada presenta algún tipo de flujo, primero debe descartar
que se trate de pérdida de orina, si encuentra rastros de sangre debe
visitar a su médico. Otros signo de alerta es el dolor o ardor al orinar
ya que podría ser una infección urinaria.
Disminución de los movimientos del bebé: Todos
los bebés se mueven a su propio ritmo, pero si la embarazada siente que
ha disminuido y, a pesar de estimular sus movimientos no se logra
respuesta, es necesario que vaya a la clínica para una revisión.
Contracciones:
La embarazada debe acudir al médico si presenta contracciones uterinas
cada diez minutos durante al menos una hora, seis semanas antes de su
fecha de parto.
Síntomas de presión alta: La
aparición de la preeclamsia suele ir acompañada por estos síntomas que
incluyen dolores de cabeza, problemas en la visión como ver borroso,
destellos o manchas, además de zumbidos en el oído. Otras señales son la
hinchazón de cara, tobillos o manos. La preeclamsia es una condición
que suele aparecer en un 10% de los embarazos que puede ser detectada
con análisis regulares y la revisión de la presión sanguínea.
El
doctor Silva recordó que el cuidado del embarazo se inicia desde la
primera consulta prenatal y la gestante debe estar pendiente de su
alimentación, así como de su estilo de vida.
“La
frecuencia de los controles depende del avance del embarazo. Del primero
al sexto mes debe ser uno mensual, un control cada 15 días del sétimo
al octavo mes y uno semanal al noveno mes”, explicó.
El
doctor Silva recomendó que cuando se planifica tener un hijo es
aconsejable hacer una consulta previa para pasar por una evaluación
clínica y de laboratorio, con la finalidad de descartar cualquier
enfermedad que podría complicar el embarazo y que podría dificultar su
tratamiento.
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