jueves, 25 de enero de 2018



De las 134 playas peruanas inspeccionadas durante la tercera semana de enero de 2018, un total de 78 fueron declaradas no saludables
RPP Noticias.- (Mongabay Latam / Yvette Sierra Praeli). Se ha vuelto una costumbre en la costa peruana, que al empezar cada año, las imágenes de residuos de basura y plástico abandonados en las playas y flotando en el mar inunden las redes sociales.  

“Hay estadísticas que indican que el 70 por ciento del plástico que llega a los océanos se hunde y solo vemos el 30 por ciento”, señala Nadia Balducci Cordano, bióloga especializada en gestión ambiental e innovación social y directora general de L.O.O.P. (Life Out Of Plastic), una empresa social peruana que se dedica a generar conciencia acerca de la contaminación plástica.
Los residuos plásticos llegan de diversas formas a los océanos, ya sea desde la tierra o desde las embarcaciones, para luego ser arrastrados por las corrientes marinas, por los vientos y otros factores. Así es como esta basura viaja por el mar y afecta a una gran diversidad de especies marinas que hoy sabemos sufre las consecuencias por esta inundación de desechos, explica Balducci Cordano, quien pone como ejemplo el atolón de Midway o islas Midway, ubicado en el Pacífico norte, conocido también por ser hogar de albatros y otras especies marinas, y que a pesar de no estar habitado por personas, alberga una gran cantidad de desperdicios de plástico que son ingeridos por los animales que la habitan. Se ha encontrado un gran número de aves muertas con restos de plástico en sus estómagos, situación que da cuenta del impacto que genera la basura en la biodiversidad.
“Los impactos negativos del plástico son grandes y mientras más crece la población mundial, más aumenta nuestro consumo y se intensifica la generación de residuos”, agrega la directora de L.O.O.P.


Un mar de problemas
Muchas especies marinas están expuestas por el impacto que generan los desechos de plástico en sus organismos. Las tortugas, aves, peces y otros animales marinos corren el riesgo de enredarse con los plásticos que flotan en el mar, ya sea con las redes de pesca, bolsas, botellas y otros objetos de mediano y gran tamaño, que se convierten en trampas mortales para aquellas especies que no logran escapar.
Una segunda forma de amenaza está en su alimentación. Las especies marinas ingieren estos plásticos, muchas veces porque los confunden con peces pequeños, como en el caso de las tapas de botellas, o porque pedazos diminutos se adhieren a sus alimentos habituales. “El plástico produce estragos de varios niveles dentro de su sistema digestivo y los animales mueren por la presencia de estos en sus estómagos. El plástico no puede ser digerido y les genera sensación de saciedad, por tanto, dejan de buscar sus alimentos y tienen problemas para escapar de sus predadores”, explica Shaleyla Kelez, especialista en biología marina y conservación y presidenta de EcOceánica, institución creada para conservar y recuperar los ecosistemas marinos del Pacífico Sudeste, con especial énfasis en los ecosistemas peruanos.

“Nosotros hacemos análisis de los estómagos de tortugas que varan muertas y muchas de ellas tienen plásticos. En todas partes del mundo la mayoría de animales los consumen. Está comprobado que la anchoveta ingiere este material, por tanto, el plástico entra a la cadena trófica, desde la anchoveta hasta las tortugas, ballenas, grandes tiburones, y eso afecta a todos”, agrega Kelez, quien realiza sus investigaciones en el mar de Piura, en el norte de Perú.
En el caso de los microplásticos —explica la bióloga marina— estos a veces entran y salen del organismo de la especie marina, pero en otros casos, los animales están asimilando moléculas de plástico y hasta los aditivos que se usan para elaborarlos. Estas pequeñas partículas, nocivas para la salud, se pegan al plancton, por ello, especies como la anchoveta las están consumiendo.
“Existen investigaciones en aves marinas que demuestran que se han encontrado compuestos de plástico en su grasa. No se trata del plástico visible, sino del que se ha impregnado en sus tejidos y que también llega a nosotros, porque nos alimentamos de estas especies”, comenta la presidenta de EcOceánica, quien además refiere que estudios recientes indican que se estarían presentando problemas de baja fertilidad y reproducción en las ballenas.

¿Qué sucede en las playas de Perú? 

Cada año la Dirección General de Salud Ambiental e Inocuidad Alimentaria (Digesa) del Ministerio de Salud en Perú, realiza inspecciones a las playas de todo el litoral para evaluar el estado sanitario de éstas. Su medición se realiza en base a dos parámetros: calidad de limpieza (presencia de residuos sólidos y contenedores) y presencia de servicios higiénicos. Además, se analiza la calidad microbiológica. Los resultados indican si la playa puede catalogarse como saludable o no saludable
Por ejemplo, de las 134 playas inspeccionadas durante la tercera semana de enero de 2018, un total de 78 playas fueron declaradas no saludables. Una semana antes se habían evaluado 171 y los resultados señalaron a 107 como no aptas. Estos números reflejan que las playas sucias superan ampliamente a las aptas para acudir durante el verano.
Alberto Huiman Cruz, geógrafo especializado en ciencias ambientales y gerente general de Peru Waste Innovation —empresa que forma parte del grupo Ciudad Saludable—, se refirió al impacto que generan la población y las embarcaciones. Para Huiman resulta desalentador que las personas dejen las playas en tan mal estado tras la realización de  eventos masivos. Y en el caso de las embarcaciones, que arrojen restos de sanguaza y otros residuos al mar.
Recordó que durante una campaña realizada en el verano del 2017, en las playas La Herradura y Agua Dulce, se recogieron cinco toneladas de basura en solo un fin de semana. “Se hacen campañas de limpieza en playas, pero son acciones aisladas, esporádicas y no se evalúa qué tipo de residuo se encuentra, a veces, ni siquiera se cuantifica la basura recogida. No se está viendo el problema de manera integral”, señala el experto.    
Entre el 2013 y el 2017, la campaña Hazla por tu playa (Hazla.pe) de Life Out Of Plastic recogió 124 toneladas de desechos en 783 playas y sistemas acuáticos. Otro ejemplo de cómo van las cosas en Perú.
Una versión ampliada de este informe fue publicada en Mongabay LatamPuedes leerla aquí.

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