Salud en Casa.- Luego
de una visita por diversas playas de Lima y Callao la ONG Vida pudo comprobar
que no se cumple la prohibición de usar o comercializar bolsas de plástico en
las playas, pese a que su prohibición entré en vigencia en junio del 2019.
“El
20 de diciembre de 2018 entró en vigencia la Ley N° 30884, Ley que regula el
plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables, luego se
aprobó su Reglamento con el cual a partir del 13 de junio de 2019 se prohibió
la comercialización y uso de sorbetes de plástico (comúnmente llamados
“cañitas”), bolsas plásticas de un solo uso y envases de poliestireno expandido
(conocido como “tecnopor”) en las playas del litoral y de la Amazonía peruana,
sin embargo esto no se cumple el litoral peruano según las observaciones
realizadas”, manifestó el presidente de la ONG Vida, Arturo Alfaro Medina.
El
ecologista señaló que muchos veraneantes están acudiendo a las playas llevando
diferentes tipos de bolsas, como, por ejemplo: con las que llevan hielo, para
los comestibles empaquetados y bebidas, para llevar futas, envases de botellas,
entre otros, y los malos veraneantes dejan sus bolsas tiradas en el suelo de la
playa contaminándolas.
“Según
la Ley, los gobiernos regionales y gobiernos locales, ejercen funciones de
supervisión, fiscalización y sanción respecto del cumplimiento de las
obligaciones establecidas, esto obliga a las Municipalidades costeras a
disponer de personal y logística para vigilar que las personas no ingresen con
bolsas y cañitas de un solo uso a las playas y las utilicen, adicional a ello este
personal deberá ser capacitado para identificar cuales son las bolsas
prohibidas y cuales no ya que hay excepciones de bolsas si son para alimentos a
granel o si con biodegradable”, precisó.
De
acuerdo con Arturo Alfaro, la Ley señala también que no habrá incremento de gasto público con
estas medidas, pero si hay un gasto para las Municipalidades, las cuales
deberán contratar, implementar y capacitar a personal para la labor de
supervisión y fiscalización, lo cual significará un gasto que no está
financiado con los ingresos que reciben los gobiernos locales. “Es fácil sacar
leyes diciendo que no generan gasto público, pero esto no es cierto toda vez
que las obligaciones que disponen si generan gasto y en este caso obligan a las
Municipalidades a realizarlo, las que no tengan presupuesto no podrán cumplir.
El impuesto que se cobra ahora por las bolsas va a las cuentas de la SUNAT pero
no sabemos si este dinero se invierte en la fiscalización del uso de bolsas o
promover el reciclaje”, informó
“La
población lleva bolsas de plástico a las playas porque las necesita, es muy
difícil y casi imposible evitar que ingresen, incluso las utilizan para
depositar los residuos que han generado en su día de playa. Más que la
prohibición lo que se debe promover es el reúso y el reciclaje de las bolsas y
así lograr la economía circular de estos plásticos y el impuesto que se cobre
por su compra sea destinado para incentivar el mercado del reciclaje”, indicó
“Si
se trata de prohibir los plásticos de mayor presencia en las playas se tendría
que prohibir también fumar y consumir alimentos y snacks envasados como
papitas, chocolates, helados, galletas etc. En las campañas de limpiezas de
playas uno encuentra más colillas de cigarros y empaques de alimentos que
bolsas y cañitas. Hay que trabajar en la educación para el uso responsable de
los bienes de plástico”, agregó.
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