Ministra Donayre destacó iniciativa que articula esfuerzos para proteger a 66 familias de comunidades nativas Huitoto, Ocaina y Kichwa frente a la COVID-19.
Salud en Casa.- Daysi, Melcy, Leyla y Zita viven en el Centro Poblado San Antonio del Estrecho, ubicado en la frontera con Colombia y a 15 días de navegación de la ciudad de Iquitos en Loreto. Ellas fueron convocadas por Madeleine Ramos, monitora del Programa Nacional PAIS, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS), para aprender, en el Tambo de esa localidad, la confección de mascarillas que las protejan junto a sus familias de la propagación de la COVID-19.
“Aquí la gente no usa mascarillas, aunque sí están tomando conciencia de la importancia del distanciamiento y el lavado de manos. Frente a esta situación, con mi colega Daysi, del Programa Cuna Más, contactamos al equipo ‘Mamás de Frontera’ de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, quienes nos enviaron videos para aprender a elaborarlas. Hemos llevado una capacitación virtual en el Tambo sobre corte de tela, acabado y confección de las mascarillas, y así también cuidamos el medio ambiente. Posteriormente, capacitamos a dos facilitadoras para hacer el efecto multiplicador”, indica Madeline.
En San Antonio del Estrecho las señoras de la comunidad ya están elaborado sus mascarillas gracias a esta iniciativa y a la donación de telas que cumplen con las especificaciones técnicas del Ministerio de Salud y que fueron compradas en Iquitos, y donadas por la Municipalidad Provincial del Putumayo, la Prefectura y el Vicariato Apostólico.
Desde hace unos días, este equipo de mujeres navega en un deslizador por el río Putumayo para continuar enseñando a elaborar las mascarillas de tela para 66 familias de las comunidades indígenas Huitoto, Ocaina y Kichwa, que viven en los centros poblados: Puerto Aurora, Puerto Elvira, 7 de Mayo, Bagazam, Roca Fuerte, Miraflores, Nuevo Horizonte, Nuevo Porvenir, Nuevo Perú, Puerto Milagros y San Pedro en el distrito de Putumayo y Santa Mercedes en el distrito de Rosa Panduro.
“En nuestra primera salida visitamos la comunidad nativa de Esperanza. Solicitamos el permiso al cacique y le informamos del objetivo y las actividades que íbamos a realizar. Con su autorización organizamos la jornada que se realizó en el Tambo Nueva Esperanza. Empezamos el día bien temprano porque debíamos navegar cuatro horas para llegar a las 08:00 a.m. El equipo se ha reforzado porque se han sumado representantes de otras entidades para brindar servicios que son necesarios como la fumigación de las viviendas para prevenir la malaria. Todo el esfuerzo se ve recompensado con los resultados del trabajo y cuando vemos que los pobladores nos reciben con carteles de bienvenida”, señala Madeline, cuya familia se encuentra en Huánuco y a la que ve cada seis meses.
El equipo ha programado llegar a las provincias de Maynas, Putumayo, Loreto y Datem del Marañón, para beneficiar a comunidades aledañas a los Tambos Pantoja, Diamante Azul, Salvador, Cañaveral, Santa Ana, Remanso, Soplin Vargas, Angusilla, 28 de Julio, Puerto Industrial, San Pedro y Nuevo Paraíso.
“Este equipo de mujeres comprometidas con la salud y el bienestar de sus familias y de sus comunidades nos demuestra que el trabajo articulado y sinérgico entre los equipos del MIDIS es indispensable para identificar necesidades en las comunidades nativas de la Amazonía, convocar a actores sociales y autoridades locales y comunales para desarrollar, de manera conjunta, iniciativas que ayuden a mitigar la emergencia sanitaria. A ello se suma la presencia efectiva del Estado en zonas dispersas y alejadas a través de los Tambos del Programa PAIS”, destacó la ministra de Desarrollo e Inclusión Social, Patricia Donayre, luego de conocer esta importante experiencia.
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