En lo alto de Pisacoma, a escasos kilómetros de la frontera boliviana, una niña de 34 meses se ha robado el corazón de un pueblo. Ella es Perú, la última hija de los Ticona Mamani, para quienes la curiosidad y entusiasmo por la vida que derrocha su hija se deben al Servicio de Acompañamiento a Familias del Programa Nacional Cuna Más, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social.
Salud en Casa.- Dos meses después de enterarse de que estaba embarazada, Dina Mamani (38) no sabía si tendría un niño o una niña, pero ya tenía resuelto qué nombre le pondría a su bebé. “Perú. En mi mente, y la de mi esposo, no había ninguna otra posibilidad. No solo es por amor a mi país y orgullo por lo que somos y hacemos. Tampoco es por todo lo nos gusta el fútbol (ríe). Mi hija se llama Perú porque pienso que, si tratásemos a nuestro país con el amor con el que cuidamos a nuestros hijos, todo sería distinto, todo sería mejor”, explica Dina, quien junto a su esposo Tony Ticona (37) y la hija de ambos, Perú, de 34 meses de edad, son usuarios del Servicio de Acompañamiento a Familias (SAF) del Programa Nacional Cuna Más del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
En el Centro Poblado de Amotiri, ubicado en la provincia puneña de Chucuito, cerca de la frontera con Bolivia, no hay vecinos que no conozcan a Perú. Risueña, curiosa y siempre ávida por hacer y aprender, la niña acostumbra a recibir afectuosos saludos a la distancia cuando acompaña a su mamá a hacer las compras o cuando se la ven caminando detrás de su abuela Rosa Acero, acarreando las alpacas que cría la familia.
“Lo desenvuelta que es Perú, su buen carácter, ese empeño que pone a cualquier cosa que hace, es un ejemplo de todo lo que una niña o niño de su edad, que se desarrolla de manera saludable, segura y feliz, debe ser. Demuestra que una crianza con amor, que prioriza la salud, comunicación y tiempo con la madre y el padre para jugar e interactuar tiene efectos positivos en el desarrollo integral de las niñas y niños”, asegura Esther Condori, facilitadora SAF que desde hace dos años visita a Perú en su casa, cada semana.
El tercer hijo de los Ticona Mamani, Antony José, hoy de 6 años, fue el primero de la familia en convertirse en usuario del SAF, por lo que tanto mamá Dina como papá Tony ya tenían experiencia cuando Perú llegó al mundo. Ambos coinciden en que el acompañamiento brindado por el programa social ha mejorado la forma cómo crían a sus hijos, pues si bien los dos mayores, de 16 y 14 años, no fueron usuarios SAF, pero disfrutaron de una primera infancia sana, mostrándose respetuosos y solidarios con sus semejantes, los padres sienten que la comunicación y el tiempo exclusivo que dedican a los dos hijos menores ha fortalecido el vínculo de amor que los une, así como la autoconfianza que manifiestan los niños.
“Crie a mis hijos mayores como me criaron a mí y, aunque les di y sigo dando todo mi amor, siento que no hablé con ellos como lo hago con los menores. Ahora, busco siempre un momento para estar a su lado, y aconsejo a todos los padres a hacer lo mismo. Una niña o niño se desarrollan mejor con sus padres apoyándolos en cada paso”, recomienda Dina, consejo que sin duda comparten con las madres, padres y cuidadores principales de 9176 usuarias y usuarios que Cuna Más atiende en la región Puno, mediante sus servicios de Cuidado Diurno y de Acompañamiento a Familias.
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