Perú actualmente
invierte entre el 3% y el 3.4% de su Producto Bruto Interno (PBI) en salud
pública, muy por debajo del 6% recomendado por la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
Salud en Casa.- El sistema de salud en el Perú enfrenta una grave crisis que afecta principalmente a los pacientes con enfermedades catastróficas, como cáncer y enfermedades raras. La falta de un fondo específico para financiar estos tratamientos ha dejado a miles de personas y sus familias en una situación desesperante. A pesar de que las organizaciones de pacientes llevan más de tres años solicitando la creación de un Fondo de Alto Costo, la respuesta del gobierno ha sido lenta, mientras las desigualdades en el acceso a la salud se profundizan.
Indyra Oropeza, presidenta de Con L de
Leucemia, resalta la urgencia: “El gobierno no puede seguir ignorando esta
crisis, miles de pacientes no pueden acceder a tratamientos vitales por la
falta de un fondo adecuado. Necesitamos una solución inmediata para garantizar
atención médica oportuna y digna para todos, sin importar su situación
económica o lugar de residencia.”
Aunque casi toda la población peruana tiene
algún tipo de seguro de salud, la cobertura sigue siendo insuficiente para
costear tratamientos de alto costo. Esto obliga a las familias a endeudarse o
enfrentarse a gastos imposibles. En regiones fuera de Lima, la situación es aún
más grave, con pacientes en lugares como Cusco, Arequipa o Trujillo esperando
meses o trasladándose a la capital, lo que pone en riesgo sus vidas.
El reclamo de las asociaciones de pacientes es
claro: se necesita una reestructuración
del sistema de salud para asignar los recursos de manera más eficiente y
equitativa. La creación de un fondo especializado es esencial para asegurar
que todos los pacientes, independientemente de su ubicación o condición
económica, tengan acceso a los tratamientos necesarios. Perú invierte solo
entre el 3% y el 3.4% de su Producto Bruto Interno (PBI) en salud pública, muy
por debajo del 6% recomendado por la OMS. Esta insuficiencia obliga a los
ciudadanos a cubrir una parte significativa de los costos médicos, lo que
resulta insostenible, especialmente para quienes padecen enfermedades graves.
En 2022, el gasto de bolsillo en salud alcanzó los 455.5 soles por persona, una
carga financiera enorme, especialmente para aquellos que requieren tratamientos
largos y costosos.
Pilar Estremadoyro, vicepresidenta de la
Federación Peruana de Enfermedades Raras (Feper) destaca que: “El gobierno debe
asumir un rol activo en la gestión de estos fondos, priorizando las
enfermedades catastróficas como un asunto de salud pública. Es crucial mejorar
la coordinación entre el sector público, privado y los seguros de salud para
que todos los ciudadanos, sin importar su situación económica o geográfica,
puedan acceder a tratamientos adecuados”.
“La salud debe ser un derecho universal, no un
privilegio”, afirma Estremadoyro. El actual sistema refleja una desconexión con
las necesidades de los ciudadanos más vulnerables, quienes no pueden afrontar
los costos de tratamientos esenciales para su supervivencia. Adoptar modelos de
financiamiento exitosos, como los de Colombia, Uruguay o Chile, permitiría a
Perú optimizar sus recursos y ofrecer tratamientos más rápidos a más pacientes,
evitando que muchos mueran esperando financiación.
Finalmente, Indyra Oropeza especifica que “si
el Perú no actúa y la comisión de salud no realiza algo con los 5 proyectos de
Ley que existen sobre esta necesidad, el sistema de salud colapsará. Crear este
fondo es una urgencia y una medida de justicia que puede salvar miles de vidas
y garantizar acceso a la salud para todos los peruanos, sin importar su
ubicación o capacidad económica.”
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