Salud en Casa.- Durante el verano, la rosácea suele exacerbarse causando eritemas en el rostro, protuberancias rojas y/o llenas de pus, engrosamiento de la piel y un sinnúmero de molestias a quien la padece. Factores como el calor, la exposición solar prolongada, el consumo frecuente de comida muy condimentada y de alcohol, así como realizar más actividades al aire libre y baños recurrentes en el mar y piscina pueden resultar sumamente irritantes para la piel.
La dermatóloga Carla Hübner, de la Clínica Ricardo Palma, explica que
la rosácea es una patología inflamatoria crónica de la piel que afecta
alrededor del 10% de la población, con mayor prevalencia en mujeres y personas
de tez clara. Aunque su origen no está completamente definido se piensa que se
debe a anomalías pilosebáceas, alteraciones vasculares y factores desencadenantes
como estrés, cambios de temperatura, alimentos, cosméticos, entre otros.
“Por lo general, aparece entre
los 20 y 50 años y se puede clasificar en cuatro tipos: la eritemato-telangiectásica
(rojez persistente, rubor transitorio y pequeñas arañitas vasculares en el
rostro), la pápulo-pustulosa (lesiones con mayor inflamación y sensación de
ardor), la fimatosa (engrosamiento de la piel, lo que le da un aspecto nodular
e irregular, suele aparecer en la nariz) y la ocular (hipersensibilidad,
sensación de cuerpo extraño y blefaritis o inflamación en el borde de los
párpados)”, explica la doctora.
Claves para controlar brotes
Evitar la exposición solar
directa, usar un bloqueador adecuado, cuidar la alimentación, realizar actividades
físicas al aire libre en horarios apropiados y respetar las indicaciones del
dermatólogo son reglas fundamentales para que la rosácea no se active. Tome en
cuenta que esta enfermedad no tiene cura y el objetivo del tratamiento es
reducir síntomas, prolongar los periodos entre crisis y mejorar la estética.
Existen diversos tratamientos
para combatirla. Estos dependen del tipo y grado de afección. Pueden ser
tópicos, orales, avanzados (emplean tecnología avanzada como IPL o láser) y en
casos extremos es necesario pasar por el quirófano para combatir las fimas o el
engrosamiento localizado de la piel del rostro que suele afectar la nariz y
dañar la autoestima del paciente.
Si ha sido diagnosticado con
rosácea, en estos meses de altas temperaturas visite con regularidad a su
dermatólogo para que diseñe un tratamiento de ataque y mantenimiento
personalizado. Cuide su estilo de vida y evite los factores desencadenantes. En
verano, es crucial mantenerse bien hidratado y evitar la exposición solar
cuando los índices de radiación son muy altos.
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