La insuficiencia cardíaca (IC) es el primer motivo de hospitalización en personas mayores de 65 años en Perú y se caracteriza por síntomas como fatiga, dificultad para respirar, pérdida de apetito, tos, mareo e hinchazón en piernas, tobillos o abdomen.
Salud en Casa.- La insuficiencia cardíaca (IC) es una afección que provoca que el corazón no pueda bombear suficiente sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo y forma parte del síndrome cardio reno metabólico (CRM), que también compromete la función renal y el metabolismo. Actualmente, esta condición afecta a más de 64 millones de personas en todo el mundo.
En línea con esta perspectiva, el Dr. Javier Farías, jefe de Endocrinología del Hospital de Güemes (Argentina), explicó que estas afecciones suelen originarse en trastornos como la dislipidemia y el hígado graso, ambos vinculados a la obesidad. “Esta condición no solo eleva el riesgo de diabetes y daño renal, sino que también contribuye al desarrollo de insuficiencia cardíaca, por lo que se considera un factor clave dentro del síndrome CRM”.
Ante ello, el Dr. Juan Diego Montejo, presidente de la Asociación Colombiana de Nefrología, subrayó la importancia de contar con un tamizaje que identifique el nivel de riesgo de los pacientes, “por ejemplo, una persona que no tiene síntomas, pero presenta sobrepeso, obesidad, hipertensión, altos niveles de glucosa en sangre, debe ser evaluada y monitoreada para evitar futuras complicaciones para prevenir el deterioro progresivo de distintos órganos”.
¿Cómo se identifica la insuficiencia cardíaca?
La insuficiencia cardíaca se detecta a través de síntomas que a menudo pasan desapercibidos en sus primeras etapas, por lo cual muchos pacientes no prestan atención a las señales iniciales. Según el Dr. Osmar Pérez, cardiólogo y máster en Insuficiencia Cardíaca por la Sociedad Española de Cardiología, “entre el 50 y el 75 % de las personas con esta patología, si no reciben tratamiento adecuado a tiempo, tienen una esperanza de vida de solo cinco años desde su diagnóstico”.
Entre los principales síntomas se incluyen:
- Fatiga y sensación de cansancio permanente, acompañadas, en algunos casos, de somnolencia después de comer o debilidad en las piernas al caminar.
- Tos con secreciones blancas o rosadas, esta último puede indicar presencia de sangre.
- Falta de aire o disnea al realizar alguna actividad física o incluso en reposo. A veces aparece de forma repentina por la noche, lo que dificulta la respiración.
- Pérdida de apetito, sensación de saciedad o náuseas.
- Mareo, confusión o pérdida de memoria.
- Hinchazón en las piernas, dedos, tobillos o abdomen, por lo cual podrían ganar peso.
- Palpitaciones aceleradas, con sensación de que el corazón late con fuerza o se acelera.
Esto provoca que muchas personas experimentan gran dificultad para realizar actividades cotidianas como comer, dormir y trabajar. Debido a ello, se calcula que esta enfermedad ocasiona un gasto de 970 millones de soles a los sistemas de salud peruanos1, principalmente por pérdidas en la productividad.
Si bien el acceso a un diagnóstico y manejo oportuno es urgente, el Dr. Pérez señaló que existen diversas barreras que lo dificultan, por ejemplo, la inercia médica o falta de indicación de exámenes en atención primaria, a menudo por desconocimiento, y la escasa disponibilidad de especialistas, lo que retrasa tanto la confirmación de la enfermedad como el inicio del tratamiento.
Los especialistas coinciden en que, para superar estos obstáculos, es necesario fortalecer la formación de los profesionales de la salud, con un enfoque en el abordaje multidisciplinario. Además, se debe promover la educación en la población, especialmente sobre factores de riesgo, prevención y síntomas tanto de la IC como de las enfermedades que componen el síndrome cardio reno metabólico. También es crucial garantizar el acceso a terapias modificadoras de la enfermedad, como los iSGLT2; y, de manera urgente, la implementación de programas de detección temprana.
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