lunes, 24 de noviembre de 2025

 

  • Aprende a identificar cuándo tu piel te pide un descanso y cómo recuperar su salud antes de la exposición solar.

 




Salud e
n Casa . – Se acerca el verano y más de uno quiere lucir una piel impecable, radiante, lista para el sol y las fotos en la playa. Pero, ¿te has detenido a pensar si tu piel está preparada para recibir el sol? Después de meses de rutinas intensas, exposición a pantallas, estrés y cambios de clima, la piel también muestra señales de fatiga que suelen pasar desapercibidas.


 

“Es muy común que, al acercarse la temporada de verano, la piel se encuentre sobreestimulada o desbalanceada debido al exceso de tratamientos o productos activos. Antes del verano, la piel necesita fortalecerse para afrontar los cambios de temperatura, radiación y humedad. Si no lo hacemos a tiempo, llegamos a la exposición solar con una piel deshidratada o fatigada, más propensa a irritaciones, manchas y envejecimiento prematuro”, afirma la dermatocosmiatra Raquel Quincho, docente del Instituto Carrión.

 

Las señales de alarma: cuando la piel pide auxilio

 

Muchas personas confunden los síntomas de sobretratamiento con una simple sensibilidad cutánea. Sin embargo, hay diferencias claras. La especialista explica cuáles son las principales señales de que tu piel está sobre tratada:

 

  • Enrojecimiento que no desaparece
  • Descamación o piel que se pela sin motivo.
  • Sensación de ardor o escozor al aplicar productos que antes tolerabas perfectamente
  • Pérdida de luminosidad, la piel se ve opaca y sin vida
  • Brotes o irritaciones después de usar cosméticos habituales
  • Tirantez y aspereza constante, incluso tras hidratarte
  • Aspecto apagado, sin ese brillo natural saludable

 

Estos síntomas reflejan un exceso de estimulación química o física que altera el equilibrio natural de la epidermis. Es el grito desesperado de una piel que necesita un respiro.

 

¿Qué es el "descanso cutáneo" y cómo aplicarlo?

 

Consiste en suspender temporalmente tratamientos exfoliantes o procedimientos intensivos para permitir que la piel recupere su función barrera y autorregule su producción de lípidos y agua.

 

"No implica dejar de cuidar la piel, sino mantener solo los cuidados básicos", aclara la especialista. Durante al menos dos o tres semanas (dependiendo del estado de tu piel), la rutina debe reducirse a tres pasos fundamentales: limpieza suave con productos sin sulfatos; hidratación profunda con fórmulas humectantes y emolientes, y fotoprotección diaria de amplio espectro.

 

Precauciones especiales antes de la exposición solar

Es importante reducir el uso de ácidos (como glicólico, mandélico o salicílico) y suspenderlos al menos dos semanas antes de la exposición solar directa. Además, conviene evitar productos con alcohol, fragancias o retinoides, y optar por fórmulas hidratantes y antioxidantes. Dormir bien, evitar el tabaco y mantener una rutina de descanso también influye directamente en la salud de la piel.

 

"Este verano, antes de lanzarte a la última moda en skincare o al tratamiento más innovador, escucha a tu piel. Si te está enviando señales de alarma, consulta con un profesional técnico en cosmiatría que evalúa tu biotipo cutáneo, diseña protocolos personalizados y prioriza siempre la salud de tu piel sobre la estética inmediata”, resalta la docente del Instituto Carrión.

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