martes, 7 de abril de 2015

Por: Mariela Celis
 Diario Trome.-‘Más que mi esposa, parece mi madre’, es la frase típica del hombre que ha percibido en su pareja demasiadas conductas sobreprotectoras. Si no se fijan límites, llegan a convertirse en un problema.

Gina Rojas, psicóloga y psicoterapeuta, del centro ‘Sentirse bien Perú’, dice que en este tipo de relaciones, más común de lo que parece, casi siempre se crea un vínculo de dependencia y se vuelve un verdadero problema cuando la mujer no establece límites y el esposo, en lugar de sentirse complacido, se ve invadido. 

“Si bien hay hombres a los que les gusta ser consentidos por sus esposas, otros ven en ese amor maternal lleno de órdenes (lecciones y cuidados), una amenaza a la pasión, debido a que no son vistos como hombres sino como hijos”, señala.
La especialista explica que detrás de ese afán por volverse imprescindibles, una mujer puede buscar el control de la relación. También es probable que ella haya asumido grandes responsabilidades en la niñez y adolescencia, y esa conducta la repite ahora en la relación. Forma parte de su personalidad.
Gina sugiere descubrir los verdaderos motivos del comportamiento, a fin de no restarle roles al hombre o lo que es peor, este empiece a sentirse subestimado por la excesiva protección.

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