miércoles, 9 de septiembre de 2015

Especialista nos brinda algunas pautas y recomendaciones para detectar y prevenir esta enfermedad, así como para cuidar nuestros riñones.

Diario La República.- La insuficiencia renal crónica –según la doctora Natalia Bermejo Rubio, licenciada por la Universidad de Alcalá de Henares (España)– es un deterioro progresivo del filtrado glomerular, es decir, la capacidad del riñón de filtrar la sangre. Esta situación lleva a lo que se conoce como uremia o síndrome urémico. 

Se caracteriza por una función renal reducida, debido a la disminución en el número de nefronas (unidades funcionales básicas del riñón) y a un deterioro funcional del riñón. Si la disfunción renal se mantiene, tanto si debe a un fallo de la irrigación del riñón como a una lesión de los tejidos que lo forman, se puede desarrollar una insuficiencia renal crónica.
 
Las causas de la insuficiencia renal crónica son múltiples. En algunos casos se desconoce cuál es el mecanismo que ha dado origen a esta, pero los factores que intervienen frecuentemente en su aparición son: diabetes, hipertensión arterial y alteraciones vasculares, dislipemias (altos niveles de colesterol o triglicéridos en la sangre), glomerulonefritis, que es la desestructuración de una parte de la nefrona; y enfermedades hereditarias que afecten al riñón, como el síndrome de Alport o la poliquistosis renal.
 
Para evitar este mal –explica Javier Torres Goitia, médico de Pediatras Asociados–, es necesario prevenir y tratar todas aquellas afecciones que puedan provocar el daño renal. El control de la hipertensión arterial, con la medicación adecuada y unos hábitos de vida sanos (dieta equilibrada y sin sal, ejercicio físico regular y abstención de fumar), es fundamental tanto para prevenir el desarrollo de patologías renales como para evitar la progresión del daño renal cuando ya se ha presentado la enfermedad.
 
El azúcar también genera miedos cuando de insuficiencia renal se trata. Mucha gente teme que su consumo pueda generar un daño colateral. Sin embargo, se debe tener claro que casi todos los alimentos tienen componentes que a través del metabolismo llegan a formar azúcar, el cual circula por el torrente sanguíneo y por lo tanto llega a los riñones. Es importante entonces tener moderación con la alimentación en general, ya que muchas veces la disminución de azucares solo en las bebidas no previene los efectos nocivos del exceso de azúcar por el alto contenido en otros alimentos o bebidas, como las alcohólicas.
 
Debemos estar conscientes de que la actividad física es un mecanismo regulador, el más completo, en la síntesis y eliminación de las substancias que en exceso afectan a los riñones, por lo tanto a mayor ingesta de alimentos, mayor número de horas de ejercicio produce un adecuado balance energético, que es lo que el organismo requiere para una salud óptima. Está bien darse gustitos de vez en cuando, pero con moderación y ejercicio.
 

Claves

Gaseosas. Se han suscitado algunas dudas sobre si las gaseosas son o no la causa de la insuficiencia renal. Esto no es cierto. El consumo de gaseosas no es dañino para el riñón si este es moderado.
 
Líquidos. Para mantener en buen estado la salud de los riñones se debe beber diariamente entre 1,5 y 2 litros de agua o líquidos que hidraten el cuerpo, además de realizar ejercicio físico con regularidad.

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