martes, 17 de mayo de 2016

Atención médica dentro de las 4 horas y media de ocurrido el hecho reduce riesgo de discapacidad


Agencia Andina.- Sentir debilidad en la mitad del cuerpo, irse de lado o tropezarse, tener la cara asimétrica (alteración en uno de los lados), dificultad para hablar, hacerlo como si estuviera ebrio, son los síntomas que presenta la persona en el momento que está sufriendo un infarto cerebral o, como se le conoce comúnmente, un derrame cerebral.

Son señales que aparecen de pronto y su atención médica dentro de las cuatro horas y media de ocurrido el hecho puede evitar que el paciente quede con un tipo de discapacidad, explicó la doctora Rosa Ecos, neuróloga del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas (INCN).

Ante una situación de estas características, la especialista recomendó a los familiares de la persona afectada trasladarla inmediatamente al área de emergencias de un nosocomio, para que el paciente reciba tratamiento trombolítico. 

Este es un procedimiento específico, endovenoso, que destruye el coágulo o placa de grasa que cierra la arteria e impide la circulación de la sangre en el tejido cerebral directamente comprometido, precisó la especialista.

“Este método de atención permite que la sangre fluya por la arteria otra vez, y con ello disminuya el impacto de la enfermedad cerebrovascular. La persona queda bien, sin riesgo de discapacidad”, comentó a la Agencia Andina.

La obstrucción por coágulo ocurre porque el corazón no funciona bien, no bombea la sangre adecuadamente y quedan coágulos que luego viajan al cerebro y tapan las arterias. 

En cambio, el taponamiento por placas de grasa es causado por el colesterol alto, presión alta o diabetes que sufre el paciente. “Es como una tubería con sarro, que no se limpia”, señaló.

El infarto cerebral ocurre de manera inesperada y corren más riesgo de sufrirlo quienes padecen de hipertensión, de diabetes, aquellos que no realizan actividad física o consumen excesivo tabaco o alcohol, agregó.

Factor edad

Manifestó que la edad por sí sola también es un factor de riesgo. A partir de los 60 años la posibilidad es mayor, agregó. 

“A más edad el peligro aumenta y si se asocia con los otros factores, es mayor aún”, aseguró.

A escala mundial, las enfermedades cerebrovasculares como el infarto cerebral son la primera causa de discapacidad. En el Perú, más del 50 % de los pacientes que sufrieron esta enfermedad quedó con discapacidad.

“Ninguno volvió a caminar o si lo hace requiere de apoyo. El problema es que las personas desconocen las señales de alarma, y llegan tarde a la sala de emergencias de nuestro instituto. Del 2009 al 2016 solo 36 pacientes recibieron tratamiento de trombolisis endovenosa y con ello evitaron la discapacidad”, indicó finalmente.

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