La alimentación es clave para afrontar el cambio de temperatura. Mantener los ambientes ventilados es la recomendación más importante para la recuperación de una persona resfriada.
RPP Noticias.- Las bajas temperaturas del invierno son sinónimo de infecciones respiratorias y alergias. Miguel Vidangos, médico Internista de SANNA Clínica San Borja, comenta algunos datos relacionados al cambio de estación.
1. El cambio de clima hace que nos enfermemos. Si eres alérgico o tienes asma, para ti es especialmente cierto. Cuando el frío y la humedad se unen, lo que es característico del clima de Lima, se generan muchas veces alergias e infecciones respiratorias propias de la temporada como resfrío, faringitis, amigdalitis, traqueítis, bronquitis y neumonía. Asimismo, el asma se intensifica ya que es una enfermedad bronquial.
2. Lavar o tocar cosas frías me genera artritis. Aunque todavía no se conoce la causa de esta enfermedad crónica, se suele creer que el frío la genera. Sin embargo, esto se debe a que las personas son más sensibles al cambio de temporada porque el dolor articular se agrava.
3. Debo tomar más vitamina C para evitar resfríos. No necesitas tomar litros de jugo de naranjas. Si estás bien alimentado, en especial en los extremos de la vida como en niños y adultos mayores, no deberías de tener ningún problema porque tus defensas estarán fortalecidas. Y aunque se habla mucho de la vitamina C como un factor importante para evitar enfermedades, no es tan cierto. Sólo tomar un suplemento de vitamina C no te va a evitar enfermedades.
El 80% de las consultas médicas refieren por cuadros respiratorios, como faringitis, amigdalitis y traqueítis, así como bronquitis y neumonías. La falta de ventilación en las casas y oficinas favorece más rápido el contagio de esta enfermedad.
4. A más frío, más abrigo. No debes ponerte una tonelada de ropa para salir. Aunque las bajas temperaturas nos provoquen estar bajo frazadas todo el tiempo, en realidad lo ideal es permanecer frescos, es decir, ni tan abrigados que terminemos sudando, ni muy desabrigados que tengamos frío.
5. Si alguien se enferma, todos nos enfermamos. No necesariamente. Es cierto en la medida en que no ventilamos las habitaciones. Por ejemplo, si un niño se enferma se suele cerrar todo para que “no le pase el frío”, de modo que la familia se enferma porque no hay ventilación y el virus se propaga. Lo mismo ocurre en la oficina cuando se mantienen las ventanas cerradas. Por ello, se recomienda que la ventilación sea permanente para que haya un flujo de aire y para que se renueve constantemente.
Para evitar enfermedades entre las personas propensas a las alergias propias de la temporada y agravar el asma de algunos pacientes, el Dr. Vidangos recomendó el uso de deshumificadores (la bola seca u otros aparatos especializados) para quitar la humedad de los ambientes y sobre todo si en casa tienes un pariente que es alérgico.
“Puedes mantener los ambientes limpios y evitar que haya muchos objetos (como peluches o cuadros), de manera que no haya lugares donde se puede acumular la tierra, humedad y otros, porque propicia la aparición de ácaros y moho”, explica.
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