Cuando un país no cree en sus instituciones no invierte, no se esfuerza, advirtió especialista
Agencia Andina.- Lo más dañino y peligroso de sentir una corrupción generalizada es perder la esperanza, dejar de creer en las instituciones, hacer justicia por las propias manos, además de sembrar en la población la desidia y el rechazo a todo lo que significa el país.
Así lo sostuvo el psiquiatra y psicoterapeuta Luis Mattos, del Instituto Nacional de Salud Mental (INSM), para quien los casos de corrupción destapados recientemente dentro del sistema de justicia representan un duro golpe al ánimo nacional.
“La sensación de impotencia, de pérdida de confianza en las instituciones es preocupante. El reciente caso de los hermanos que atentaron contra una clínica donde falleció su madre es un síntoma de ello. Nada justifica lo que han hecho, pero ayuda a entender. A veces las personas se sienten tan impotentes ante la falta de justicia que pierde el control y hacen barbaridades”.
En el programa Saludable Mente, transmitido por el canal online de la Agencia Andina, el médico advirtió que los graves hechos revelados en los audios del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), que han provocadola renuncia y despido de muchos funcionarios, han despertado una sensación generalizada de impunidad que puede llevar a “una desorganización social muy grande y peligrosa”.
Rabia e impotencia
De acuerdo con el Estudio Epidemiológico de Salud Mental en Lima Metropolitana y Callao del INSM realizado en el año 2012, el 20,6% del total de la población adulta percibe que el principal problema que los afecta es la delincuencia, seguida de la corrupción con un 17,5%.
El 90,4% del total de la población adulta dijo desconfiar de las autoridades políticas, jueces y autoridades policiales. Mientras que el 59,4% de los encuestados manifestó sentimientos como preocupación, pena, tristeza o depresión, cólera e impotencia en relación con los problemas que los afectan.
“La corrupción afecta la salud emocional de la población, pero también otros niveles como el progreso, el desarrollo”.
El doctor Mattos, quien es jefe del Departamento de Protección de la Salud de la Dirección de Salud Colectiva del INSM, manifestó que “un país que no cree en sus instituciones, no invierte, no se esfuerza”.
“El riesgo de la corrupción es que la población se desmoraliza, se desarrolla la anomia, ya no hay valores. Es mucho más grave que si han robado un millón o 10 millones. Se están robando la esperanza, la fe. En cambio, si las instituciones hacen lo que tienen que hacer cada uno pone lo mejor de sí, todo el mundo se esfuerza, trabaja”.
El gran desafío de todos
Para el experto la población debe canalizar sus sentimientos de molestia y repudio contra la corrupción a través de protestas cívicas, como se ha hecho en diversas partes del país.
“Me ha parecido importante que el presidente Vizcarra brinde su apoyo (a las marchas de protesta) y diga yo también estoy en esto. Es necesario seguir con el proceso de saneamiento de la justicia. No hay que perder la esperanza. Es un desafío grande para nuestro país, que se encuentra amenazado por esta situación. No es una cosa chiquita, es muy grave. Por eso es de vida o muerte trabajar el tema de la justicia”, recomendó.
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