Un estudio del Minsa acaba de revelar que los peruanos mueren, principalmente, por infartos, derrames cerebrales, diabetes y cirrosis. Antes moríamos por infecciones. Hoy, nuestro estilo de vida nos está matando.
Por : Oscar Miranda
Suplemento Domingo.- Los peruanos nos estamos muriendo víctimas de nuestros malos hábitos. De nuestras comidas grasosas y nuestras bebidas azucaradas, de nuestra falta de ejercicio, de nuestra cervecita y nuestro cigarrito...
En 1986 nos moríamos, principalmente, por neumonías, enfermedades infecciosas intestinales y tuberculosis. Tres décadas después, la neumonía se mantiene como la primera causa de muerte, pero la siguen las enfermedades cerebrovasculares (los derrames cerebrales), la diabetes mellitus, los infartos y la cirrosis.
Ese es el dato más importante del estudio "Análisis de las causas de la mortalidad en el Perú (1986 - 2015)", que presentó recientemente el Ministerio de Salud (Minsa).
Una investigación liderada por el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades, que por primera vez analiza cómo han ido cambiando las causas de muerte en el país durante los últimos 30 años. No solo las provocadas por enfermedades, sino también las que se debieron a causas externas.
El frío y la pobreza
Desde por lo menos 1986, la principal causa de mortalidad en el Perú son las infecciones respiratorias agudas bajas, en particular las neumonías.
Aunque para 2015 la tasa de mortalidad se había reducido a menos de la mitad, seguía siendo alta (60.7 muertes por 100 mil habitantes).
De acuerdo a William Valdez, epidemiólogo de Vital Strategies, institución que participó en la investigación, las condiciones que propician la aparición de las neumonías, y su desenlace letal, son el descenso de temperaturas, la desnutrición y la poca capacidad de respuesta del sector Salud, sobre todo en las zonas rurales.
Desde que se empezó a aplicar la vacuna contra el neumococo, hace unos ocho años, la tasa de mortalidad por neumonía ha descendido en los niños, pero no ha ocurrido lo mismo en los adultos mayores. De hecho, es la primera causa de muerte de los ancianos peruanos. Por esta razón, en enero, el Minsa comenzará a aplicar esta vacuna también en este sector de la población.
Uno de los datos más sorprendentes es que los departamentos donde más enfermos mueren por neumonías no son altoandinos, sino amazónicos: Loreto y San Martín.
–A diferencia de las zonas altoandinas, en la Selva el descenso de uno o dos grados de temperatura afecta mucho más a la población, que está acostumbrada a temperaturas cálidas– dice William Valdez.
Vida nada saludable
En 1986 las enfermedades cerebrovasculares estaban en el puesto 20 de las causas de muerte en el país. Para 2015 habían escalado al puesto 2. Al año, 30 de cada 100 mil peruanos pierden la vida por derrames o infartos cerebrales. En los adultos mayores, la tasa es mucho mayor: 251 de cada 100 mil habitantes.
La tercera causa de muerte es la diabetes, que en 1986 ocupaba el puesto 23. Desde ese año la tasa de mortalidad de esta enfermedad se duplicó. Es un problema propio de zonas urbanas, aunque en los últimos años ha crecido alarmantemente en las rurales.
Como indica William Valdez, la diabetes está asociada al sobrepeso y la obesidad. A la mala alimentación, el exceso de azúcar y la falta de ejercicio.
–Este es un problema mundial, pero en otros países la gente tiene diabetes y no se muere. Tiene un tratamiento regular y puede vivir muchos años. En el Perú parece que no están recibiendo el tratamiento adecuado– explica.
Otra enfermedad que ha elevado su letalidad es la cirrosis. La provoca, principalmente, el alcoholismo, pero también puede ser una secuela de la hepatitis B. ¿Cómo reducimos las muertes por cirrosis? Enfrentando con mayor firmeza el alcoholismo, que, según cifras de CEDRO, alcanza hoy a más de 1 millón de peruanos. Y previniendo la hepatitis B con la aplicación de vacunas.
Los derrames cerebrales, la diabetes, la cirrosis y las enfermedades isquémicas del corazón –que provocan el famoso infarto agudo del miocardio y que son la cuarta causa de muerte en el país– son trastornos relacionados con el estilo de vida que llevamos.
–Son enfermedades que están apareciendo cada vez en mayor número en nuestro país– dice William Valdez. –La mala alimentación, el sedentarismo, el consumo de alcohol y cigarrillos y el estrés de la vida moderna son factores que propician su aparición.
La dieta y la ingesta de alcohol también son factores que propician la irrupción de gastritis, que puede derivar en úlceras y, en el peor de los casos, en cáncer de estómago, la octava razón de muerte en el Perú. Sin embargo, como indica Jorge Rubiños, director de Prevención y Control del Cáncer del Minsa, el elemento clave es la infección por la bacteria Helicobacter Pylori.
Un dato alarmante es que entre 1986 y 2015, la mortalidad por cáncer de estómago se duplicó en las zonas rurales, mientras que se redujo a la mitad en las zonas urbanas. La falta de servicios de agua y saneamiento de calidad, así como los malos hábitos de higiene, habrían contribuido a incrementar esta inequidad.
Los fallecimientos por cáncer de estómago han aumentado, mientras se han reducido los provocados por enfermedades infecciosas intestinales (diarreas), que en 1986 eran culpables de 53 muertes por cada 100 mil personas. También se ha reducido la mortalidad por tuberculosis, aunque en los últimos años han aparecido cepas más resistentes que han complicado la batalla.
Carreteras mortales
Lo que no se ha reducido son las muertes por accidentes de tránsito. Vienen incrementándose sostenidamente desde el año 2003 y hoy son la sétima causa de muerte en el país. Son la primera causa de muerte en los adolescentes, los jóvenes y los adultos: ninguna enfermedad los mata más que los choques, atropellos y desbarrancamientos de vehículos.
Hasta el año 2002, morían más personas por accidentes de tránsito en las zonas urbanas que en las rurales, pero ese año la tendencia cambió. Hoy en día la mortalidad en las áreas rurales es el doble que en las urbanas. A pesar de que el parque automotor es mayor en Lima y en otras ciudades de la Costa, es en departamentos como Madre de Dios, Puno y Huancavelica donde este tipo de desgracias cobran más vidas.
Y sí, no es lo mismo un choque de dos autos en la avenida Tacna, en el Cercado de Lima, que el desbarrancamiento de un bus con 40 pasajeros en la carretera que une Macusani con Puerto Maldonado.
Según Luis Suárez, director del Centro Nacional de Epidemiología, Control y Prevención de Enfermedades, el objetivo de esta exhaustiva investigación es proveer a las autoridades de información para que puedan adoptar decisiones de impacto en la salud pública. No solo a las autoridades del Minsa, sino también a los de otros sectores del gobierno nacional y a las de los gobiernos regionales y municipalidades.
Para William Valdez, una de las mayores lecciones que deja este estudio es que conviene dejar de mirar solo los promedios nacionales y prestar más atención a los datos desagregados: por sexo, por edad, por departamentos y por condiciones económicas.–Cuando vemos ciertas enfermedades en promedio nacional podemos pensar que las cosas están bien– dice. – Pero cuando la analizamos por ámbitos, departamentos y niveles de pobreza nos damos cuenta de que hay brechas que cerrar.
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