domingo, 4 de noviembre de 2018

San Juan de Lurigancho. Psiquiatra Carlos Bromley dice que sujeto que mató a su esposa y tres hijos actuó por venganza al ver que ella ya no lo quería.
Diario La República.- ¿Qué lleva a una persona, aparentemente normal, a asesinar a su pareja y a sus hijos en un acto totalmente inhumano?

Es la pregunta que la sociedad se hace ante un hecho como el de Javier Rivera Miculicich que terminó con la vida de Edith Huaylas, su esposa por siete años, y sus tres menores hijos de 2, 4 y 6 años.
Es la pregunta que le hicimos también al médico psiquiatra Carlos Bromley.
“Un feminicidio es un crimen de odio, un asesinato de género cometido por un hombre al ver disminuido o anulado su poder sobre una mujer a la que considera de su propiedad, generalmente su pareja, la cual ha venido siendo poseída por él para estar bajo su control, placer y servicio, aceptando abusos y maltratos diversos”, explica el especialista.
En lo que va del año han sido asesinadas 116 mujeres, en su mayoría, por las personas que un día les ofrecieron amor y les prometieron cuidarlas.
Para Bromley, la expresión de violencia contra la mujer puede empezar con una relación de maltrato psicológico, manifestada a través del control y cercenamiento de las libertades de la persona.
“Se da por una cuestión de desigualdad de poder, ya que el varón tiende a adjudicarse todos los privilegios”, advierte.
La expresión máxima de violencia es el feminicidio, que sucede por el sentido de posesión.
“Ocurre cuando la mujer decide poner fin a esta situación y pone en conocimiento de su pareja o esposo que la relación sentimental acabó. Allí viene la respuesta del hombre que se niega a aceptarlo y se dice a sí mismo: ‘Mía o de nadie’”, explica Bromley.
El psiquiatra manifiesta también que al “transformar” a la mujer en un objeto, el hombre se convierte en su dueño, por lo que en la mayoría de los casos siente que es ella la responsable de las obligaciones en la relación. Incluso la culpa de la violencia que él ejerce.
“Él cree tener todos los derechos y ella, todas las obligaciones”.
Bromley señala que por la mente de un feminicida pasan ideas extremas, tales como “no puede hacerme esto”, “no tiene derecho a sacarme de su vida”, “qué se habrá creído”, y allí es cuando se inician los pensamientos, emociones y actos destructivos que lo dominan al ver frustrada su necesidad de control sobre la mujer, tras lo cual termina asesinándola.
Según Bromley, el asesino Javier Rivera no actuó por un impulso del momento. “Las características de violencia, estoy seguro, las manifestó antes”, afirma.

Siete años de relación

Edith Huaylas mantuvo una relación de siete años con el hombre que le quitó la vida.
El fatal desenlace sucedió el viernes, el mismo día de su cumpleaños. Ella y sus tres pequeños hijos fueron asesinados a golpes por Javier Rivera. Edith se había negado a retomar la relación sentimental que se resquebrajó el 8 de setiembre cuando ella decidió irse de la casa.
Bromley sostiene que el hombre, influenciado por el machismo cultural que impera en nuestra sociedad, se niega a aceptar una ruptura sentimental e intenta insistentemente continuarla: “Cuando esto no sucede, inicia las agresiones físicas y emocionales, llegando a fatalidades como los feminicidios”. Ayer, en el interrogatorio preliminar que rindió, Rivera respondió como lo han hecho otros feminicidas: “La maté porque me engañaba. Su familia lo sabía”. Antes, sin ningún asomo de remordimiento, había dicho que antes de matar a sus hijos, pensó: “Si me voy a la cárcel, qué será de mis hijos. Por eso decidí matarlos, para que no sufran”.

Piden la máxima pena

“Castigo ejemplar y todo el peso de la ley para con ellos, a través de la prisión perpetua”, subraya el psiquiatra como pena que debe imponérseles.
En esa misma línea, la ministra de la MujerAna María Mendieta, exigió ayer aplicar la máxima pena para Javier Rivera. “Acá hay dos delitos: feminicidio y parricidio”.
Mendieta aseguró que un equipo del MIMP continúa con el apoyo y asistencia. “Estamos viajando a Huánuco para darle contención emocional a la familia”, señaló.

El dato

Sepelio. Los cuerpos de la esposa e hijos de Javier Rivera serán sepultados en Huánuco. Cecilia Palomino, prima de la mujer asesinada, teme que la familia del feminicida alegue que tenía problemas psiquiátricos.

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