sábado, 27 de julio de 2019


   Prueba de diagnóstico inmediato, permite conocer el nivel de audición mediante ondas sonoras que estimulan los nervios del oído interno y llegan a la corteza cerebral. De acuerdo a los resultados, el nivel de pérdida de la audición puede ser: leve, moderada, severa o profunda.




Salud en Casa.- La contaminación ambiental a la que nos exponemos a  diario y el uso excesivo de audífonos a volumen muy alto, son las principales causas que en la actualidad conllevan a la población a perder poco a poco la audición. Un mal que puede generar trastornos como: ansiedad, depresión, estrés y envejecimiento prematuro.


Además de reducir la calidad y bienestar, provocar exclusión, baja de la productividad y la autoestima. En suma, no se trata de un problema exclusivo de adultos mayores generado por el desgaste auditivo, sino de una condición que surge a cualquier edad y por diversas causas.

Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en nuestro país existen 560,730 personas con alguna discapacidad auditiva. Así lo señala un informe realizado en el 2015.

El Lic. Luis Verástegui Barahona, especialista en audiología, afirma que el punto de partida para conocer la capacidad auditiva (Hipoacusia) de un paciente, es la historia clínica. Seguido de una serie de exámenes audiológicos, entre ellos: la Audiometría. Una prueba cuyo diagnóstico inmediato permite conocer el nivel de audición mediante ondas sonoras que estimulan los nervios del oído interno y llegan a la corteza cerebral.

Dicha medida de la frecuencia de los sonidos (en decibeles - dB) mostrará el nivel de pérdida de la audición, la cual puede ser: leve, moderada, severa o profunda.

“De acuerdo a la intensidad de la pérdida auditiva, por ejemplo si en la evaluación tenemos un rango de 20 a 40 decibeles (dB) consideramos al paciente con un “pérdida leve”. Entre los 40 a 70 decibeles, estamos frente a un caso de “pérdida moderada”, cuya principal dificultad es sostener conversaciones a corta distancia y en ambientes con regular ruido”, explica Verástegui Barahona, Director del centro audiológico AudiPhone.

Con un resultado de 70 a 90 decibles se considera una persona “pérdida severa” y una de las características es que necesitamos alzar la voz para que nos escuche y por lo general mantiene el volumen alto de la televisión, perjudicando a su entorno más cercano.

En el caso de un diagnóstico: “pérdida profunda”, se trata de un paciente cuya capacidad auditiva es reducida y solamente escucha sonidos muy intensos. En la medición supera los 90 decibeles.

El especialista en Audiología asegura que una conversación normal se ubica en el rango de 45 a 60 decibeles. Un concierto de música puede superar los 100 decibeles (dB) y una avenida del centro de Lima en una denominada “hora punta”, puede exceder en la medición los 110 decibeles.

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