Prueba de
diagnóstico inmediato, permite conocer el nivel de audición mediante ondas
sonoras que estimulan los nervios del oído interno y llegan a la corteza
cerebral. De acuerdo a los resultados, el nivel de pérdida de la audición puede
ser: leve, moderada, severa o profunda.
Salud en Casa.- La contaminación ambiental a
la que nos exponemos a diario y el uso
excesivo de audífonos a volumen muy alto, son las principales causas que en la actualidad
conllevan a la población a perder poco a poco la audición. Un mal que puede
generar trastornos como: ansiedad, depresión, estrés y envejecimiento
prematuro.
Además de reducir la calidad y
bienestar, provocar exclusión, baja de la productividad y la autoestima. En
suma, no se trata de un problema exclusivo de adultos mayores generado por el
desgaste auditivo, sino de una condición que surge a cualquier edad y por
diversas causas.
Según el Instituto Nacional de Estadística e
Informática (INEI), en nuestro país existen 560,730 personas con alguna
discapacidad auditiva. Así lo señala un informe realizado en el 2015.
El Lic. Luis Verástegui Barahona, especialista en
audiología, afirma que el punto de partida para conocer la capacidad auditiva
(Hipoacusia) de un paciente, es la historia clínica. Seguido de una serie de
exámenes audiológicos, entre ellos: la Audiometría. Una prueba cuyo diagnóstico
inmediato permite conocer el nivel de audición mediante ondas sonoras que
estimulan los nervios del oído interno y llegan a la corteza cerebral.
Dicha medida de la frecuencia de los sonidos (en
decibeles - dB) mostrará el nivel de pérdida de la audición, la cual puede ser:
leve, moderada, severa o profunda.
“De acuerdo a la intensidad de la pérdida
auditiva, por ejemplo si en la evaluación tenemos un rango de 20 a 40 decibeles
(dB) consideramos al paciente con un “pérdida leve”. Entre los 40 a 70
decibeles, estamos frente a un caso de “pérdida moderada”, cuya principal
dificultad es sostener conversaciones a corta distancia y en ambientes con regular
ruido”, explica Verástegui Barahona, Director del centro audiológico AudiPhone.
Con un resultado de 70 a 90 decibles se considera
una persona “pérdida severa” y una de las características es que necesitamos alzar
la voz para que nos escuche y por lo general mantiene el volumen alto de la
televisión, perjudicando a su entorno más cercano.
En el caso de un diagnóstico: “pérdida profunda”,
se trata de un paciente cuya capacidad auditiva es reducida y solamente escucha
sonidos muy intensos. En la medición supera los 90 decibeles.
El especialista en Audiología asegura que una
conversación normal se ubica en el rango de 45 a 60 decibeles. Un concierto de
música puede superar los 100 decibeles (dB) y una avenida del centro de Lima en
una denominada “hora punta”, puede exceder en la medición los 110 decibeles.
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