miércoles, 17 de noviembre de 2021

 Entre el 50% y el 80% de pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal que son tratados con terapias biológicas dejan de presentar síntomas como diarrea, dolor abdominal y fiebre.



Salud e
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 Casa.- La enfermedad inflamatoria intestinal, que engloba la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn, es una patología que produce inflamación en varias partes del tubo digestivo, causando diversos síntomas tales como dolor abdominal, diarrea, fatiga, disminución de apetito y pérdida de peso.


El Dr. Juan Paredes, médico gastroenterólogo y presidente de la Asociación Para el Estudio de las Enfermedades del Intestino (ASPEIN), señala que en los últimos años ha habido importantes avances en el tratamiento de la EII gracias al desarrollo de las terapias biológicas, medicamentos producidos por organismos vivos, que han logrado mejorar la calidad de vida y cambiar la manera de cómo se maneja la enfermedad.


“Hace 20 años, 4 de cada 10 pacientes debían someterse a una operación del intestino para poder manejar la EII; con los medicamentos biológicos, actualmente solo 2 de cada 10 pacientes necesitan ese tipo de cirugía, haciendo una diferencia significativa en la calidad de vida de los pacientes”, indica.


El especialista resalta además el alto nivel de respuesta en los pacientes, lo cual permite minimizar los efectos adversos y lograr a su vez una mejor adherencia al tratamiento. “Si bien la EII no tiene cura, las terapias biológicas tienen una alta tasa de efectividad: entre 50% y 80% de pacientes que son tratados con ellas logran reducir los principales síntomas de la enfermedad, disminuyen la inflamación en las células y eliminan las heridas de la pared del intestino”.





Una prueba de ello es el caso de Martha Bustamante, una mujer de 68 años con la enfermedad de Crohn, quien comenta que desde el inició de su tratamiento con terapias biológicas hace 5 años, ha podido realizar su vida de manera normal.


“Las terapias biológicas han marcado un antes y un después en mi vida; solía tener mucho dolor abdominal y diarreas que me debilitaban, ahora no tengo ningún síntoma y me siento con mucha más energía; realmente es un tratamiento efectivo que me ha cambiado la vida y que debería estar al alcance de los pacientes que lo requieran”.


Para finalizar, el Dr. Paredes destaca la importancia del diagnóstico temprano en la consecución de mejores resultados para el paciente. “Con el seguimiento y control continuo de sus síntomas, así como la personalización de las terapias de acuerdo al perfil del paciente y de sus necesidades, es posible controlar la enfermedad y brindar bienestar continuo”, señala.

 

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