En el 2019 se tenía a 60.7% de niños menores de 36 meses con vacunas de acuerdo a su edad, mientras que en el 2021 esta cifra bajó a 47.4%
Salud en Casa.- Al igual que el resto de la región y buena parte del mundo, la COVID-19 ha desatado una de las peores crisis que Perú ha atravesado en su historia, poniendo en evidencia los retrasos del sistema de salud en el país. Los esfuerzos del gobierno por intentar enfrentar la pandemia hicieron que otros grupos quedaran vulnerables, resaltando la importancia del aprendizaje que nos queda en la gestión de pandemias.
Estuvimos mejor preparados frente a la tercera ola de la pandemia al contar, por un lado, con una campaña de vacunación efectiva con más del 70% de la población con al menos dos dosis de vacuna y, por otro lado, con más oferta de salud. “La tercera ola nos agarró mejor preparados, pues contamos con el recurso humano, el acceso al oxígeno, las pruebas COVID y el avance en las camas de hospitalización que jugaron también un rol importante.” expresó Janice Seinfeld, Presidenta del Directorio de Videnza Consultores, en el marco del webinar “El sistema de salud a 2 años de la pandemia: Lecciones aprendidas y retos pendientes”.
Sin embargo, al intentar hacer frente a la crisis sanitaria se dejaron de lado muchos otros factores como a los pacientes no COVID; así, cuando hablamos de atención de la primera infancia o intervenciones quirúrgicas nos damos cuenta que la cifras muestran un retroceso significativo.
En en el 2019 se realizaron 1,097,626 intervenciones quirúrgicas en establecimientos del segundo y tercer nivel de atención, mientras que en 2020 y 2021, las cifras fueron mucho menores (649,881 y 850,208 respectivamente), es decir, se dejó de hacer el equivalente al 63% de lo realizado en 2019; además la vacunación en niños menores 36 meses se redujo en casi 15 puntos porcentuales frente al 2021.
Por su parte, Percy Mayta Director de Gestión de Proyectos y Promoción de la Investigación de la Universidad Científica del Sur destacó que “La campaña de vacunación funcionó en nuestro país, pues se invirtió en recursos humanos y se logró conseguir las vacunas. La COVID no saturó el sistema, pero toda la cobertura de enfermedades no COVID quedaron en el olvido. Si bien hemos podido enfrentar la tercera ola, en materia de enfermedades no COVID nos falta mucho por recorrer para poder decir que hemos podido manejar una pandemia. Recién podríamos decir que somos capaces de manejar una cuando una nueva ola no evite que las enfermedades no COVID sean atendidas".
Los obstáculos encontrados durante la crisis llevaron a tomar decisiones precipitadas en la gestión, pues se contaba con escasa información de la situación y se tuvo una inadecuada articulación de los subsistemas de salud. “El sector salud ya se enfrentaba a grandes desafíos antes de la pandemia. Primero, una población con cada vez más enfermedades crónicas, responsables de alrededor del 77 % de las muertes en la región; segundo, un gasto en salud pública insuficiente con apenas el 3,6 % del PIB, la mitad que los países de la OCDE; y tercero, la baja calidad de los servicios de salud, especialmente para los más pobres.” destacó Tomás Bermúdez, Gerente del Departamento de Países del Grupo Andino del BID.
Además, es importante señalar que las dificultades enfrentadas para contener la enfermedad pusieron de manifiesto las debilidades estructurales que enfrenta nuestro país. En ese sentido, el Presidente de la Sociedad Peruana de Enfermedades Infecciones Tropicales, el Dr. Juan Carlos Celis destacó que “El entusiasmo hacia el sistema integral de salud ha perdido fuerza. Nuestro país ha retrocedido al 2019 en muchos aspectos, no se han hecho esfuerzos en entender la situación real junto a nuestros médicos y los pacientes en primera línea. Debemos responder al sistema de emergencia y tomar decisiones con la experiencia sumada a la investigación empírica”.
En estos dos años de pandemia se dieron algunos avances, pero múltiples errores de gestión y retrocesos imperdonables. Por todo ello, es necesario tener una agenda prioritaria en la gestión del sector salud, para poder, bajo esta línea, enfrentar algunos retos pendientes como, por ejemplo, el acceso oportuno al primer nivel de atención, el correcto acceso a los medicamentos recetados, y finalmente lograr un financiamiento suficiente y eficiente. Debería así generar alarma que, como menciona el Dr. Celis, el entusiasmo inicial que todos los profesionales de la salud tuvieron porque se ponga la agenda sanitaria en primer lugar se esté desvaneciendo poco a poco.
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