· A nivel global, el costo de atender las cataratas y los errores de refracción no tratados sería de 24,800 millones de dólares.
Salud en Casa.- En el mundo, al menos 1,000 millones de personas tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado, según lo estima el último Informe mundial de la Visión publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). De estas, 65,2 millones padecen de cataratas, siendo considerada la primera causa de ceguera en todo el mundo. Si bien esta enfermedad es más frecuente en adultos mayores, también podría afectar a niños y jóvenes.
“Al interior del ojo, poseemos un lente que sirve para enfocar las imágenes. Se llama cristalino. Cuando se opaca, se produce la catarata, la cual genera una visión borrosa. En los grados más severos, la persona ya no puede ver. Más de la mitad de los adultos mayores de 60 años poseen catarata senil. Esta patología se hace más frecuente a medida que envejecemos. Sin embargo, también puede aquejar a recién nacidos. En estos últimos, se conoce como catarata congénita, afirma el Dr. Carlos Siverio Llosa, especialista y presidente de directorio de Oftálmica Clínica de la Visión, centro que destaca por su ética, precisión y trato humano.
Cuando se padece esta enfermedad, la única forma de recuperar la vista es mediante una intervención quirúrgica, que tarda, aproximadamente, 15 minutos. En el caso de las cataratas congénitas, los bebés deben ser operados rápidamente, de lo contrario podría producirse una ambliopía u ojo perezoso permanente, que es la disminución de la capacidad visual por falta de uso durante el período de desarrollo de la visión del bebé.
“Los ojos del recién nacido están en formación y necesitan del estímulo de las imágenes para desarrollarse adecuadamente. Cuando no se captan esas imágenes, el sistema nervioso se atrofia. Si estas cataratas se operan después de los primeros meses de edad, va a haber una pérdida de visión que no será recuperable ni siquiera con cirugía”, afirma.
Jóvenes también estarían en riesgo
El uso de corticoides para enfermedades inflamatorias —como artritis reumatoidea, lupus o asma—, puede alterar el normal funcionamiento de las células del cristalino, produciendo catarata. Por otro lado, un traumatismo en el ojo también podría provocar la afección.
“El cristalino es un tejido delicado. Para que se mantenga transparente, tiene unas fibras de colágeno que deben permanecer alineadas. Si se sufre un traumatismo, hay una alteración en ese ordenamiento, por lo que se opaca. Tratar este tipo de catarata puede ser difícil en algunos casos en que también se hayan dañado otras partes del ojo”, indica el especialista de Oftálmica Clínica de la Visión.
Otra causa de cataratas es la uveítis. “Las uveítis son un grupo de enfermedades muy diversas que afectan a pacientes de todas las edades. Se trata de una inflamación crónica en el interior del ojo. Esto produce cicatrices y una serie de complicaciones. No solo requiere de una cirugía minuciosa, sino de un cuidado postoperatorio especializado. De no tomarse las medidas adecuadas, podría perderse la visión del ojo permanentemente luego de la operación”, comenta el oftalmólogo.
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