Dra. Melissa Montesinos
Sub Gerente de Salud y Bienestar de
Pacífico Salud
Salud en Casa.- El clima está cambiando y ya gozamos del sol y días de calor ¡Ya empezó el verano! Este cambio de temperatura nos lleva a utilizar ropa más ligera, sin mangas y exponernos a los rayos del sol, sea en nuestro día a día al caminar o cuando pasamos un día de playa, por ello debemos tomar conciencia de que nuestra piel esta más expuesta a las inclemencias del clima. El factor que más daño produce en la piel es la radiación ultravioleta, que proviene fundamentalmente del sol y por lo que nosotros debemos ocuparnos de protegernos y lograr el buen cuidado de nuestra piel para mantenerla siempre sana.
Queremos compartirte las
siguientes recomendaciones
Protegerse del sol: es
lo más importante y debemos hacerlo todo el año, con mayor énfasis en verano y
en la playa. La exposición al sol no solo produce un envejecimiento acelerado y
manchas en la piel, sino también conlleva a un aumento de riesgo de cáncer a la
piel. La recomendación es utilizar un protector solar en crema, con factor de
protección mínimo de 15, y aplicarlo cada 2 horas cuando estés en la playa,
además no te expongas al sol entre las 10 de la mañana y 4 de la tarde por
existir mayor radiación, utiliza sombreros, sombrillas o permanece en lugares
con sombra.
Hidratarse: las altas
temperaturas pueden causar deshidratación de nuestro cuerpo y de nuestra piel,
por ello es recomendable beber abundante agua y aplicarse cremas humectantes
después de haber tomado el sol y antes de acostarse, sin olvidar las zonas más
secas como los talones, codos y rodillas.
Con el incremento de la
temperatura, aumenta la transpiración, por ello debemos mantener nuestra rutina
de higiene diaria y también luego de sumergirnos en el mar o en la piscina, el
exceso de humedad puede condicionar infecciones locales y dermatitis en zona de
los pliegues cutáneos, para evitar ello debemos secarnos la piel suavemente con
una toalla y dando pequeños toques para que quede algo de humedad en la piel.
Llevar una dieta
saludable: las verduras frescas y las frutas son un componente fundamental en
la dieta del verano, ya que favorecen la hidratación del organismo, aportan
vitaminas y, por tanto, también favorecen el bienestar de la piel.
Es importante cuidar a
nuestros niños de los efectos del sol, para ellos recomendamos colocarles ropa
de protección de manga larga y sombreros y aplicarles el protector solar en
crema cada 2 o 3 horas.
Con estas
recomendaciones podemos gozar de nuestra época de verano a plenitud.
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