Los efectos negativos de los rayos ultravioleta se acumulan con los años. Por ello, es clave usar protector solar desde pequeños y aprender a cuidar la piel
Salud en Casa.- El cáncer de piel es una de las enfermedades más frecuentes a nivel mundial, con entre 2 y 3 millones de casos diagnosticados cada año, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta enfermedad se produce cuando las células de la piel se multiplican de manera descontrolada, formando tumores que, si no se detectan a tiempo, pueden extenderse y causar complicaciones graves. Las personas con antecedentes de exposición excesiva al sol, quemaduras frecuentes o piel clara tienen mayor riesgo, debido a una menor protección natural frente a los rayos ultravioleta (UV). Sin embargo, el cáncer de piel es prevenible si se toman medidas adecuadas de cuidado y protección.
El Dr. Yan Carlos Vargas Caycho, médico radioncólogo y director de Oncodrip, señala que este tipo de cáncer suele desarrollarse por la exposición al sol sin protección, de manera frecuente y durante largos periodos. “Los rayos UV dañan las células de la piel y, con el tiempo, estos daños pueden provocar alteraciones en su textura, envejecimiento prematuro y, en casos más graves, la aparición de esta neoplasia, que cada vez es más común en adultos de mediana edad”, explica.
Por lo general, el cáncer de piel aparece en las áreas más expuestas, como el rostro, cuello, brazos, manos y piernas. No obstante, también puede desarrollarse en zonas menos visibles, como las palmas de las manos, las plantas de los pies, debajo de las uñas e incluso en el área genital. Por ello, resulta fundamental realizar autoexploraciones periódicas de la piel para identificar a tiempo cualquier lunar, mancha o bulto sospechoso que pueda requerir evaluación médica.
Existen diversos factores que incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de piel. Entre los más comunes destacan:
- Piel clara. Las personas con piel clara tienen menor cantidad de melanina (pigmento natural que protege la piel) lo que las hace más vulnerables a los daños ocasionados por los rayos ultravioleta (UV).
- Quemaduras solares. Las quemaduras solares recurrentes durante la infancia o adolescencia aumentan las probabilidades desarrollar este mal en la vida adulta.
- Exposición prolongada al sol. Aquellas personas que pasan largos periodos al aire libre sin protección adecuada es más susceptible a esta neoplasia.
- Lunares. Tener muchos lunares, especialmente si son de forma irregular o de gran tamaño, incrementa las probabilidades de presentar esta afección.
- Antecedentes familiares. Si un familiar cercano, como un padre o hermano, ha tenido cáncer de piel, el riesgo de padecerlo también es mayor.
- Sistema inmunológico debilitado. Las personas con condiciones como VIH/SIDA, aquellas que reciben medicamentos inmunosupresores después de un trasplante de órgano o quienes han sido sometidos a tratamientos de radiación para tratar problemas como eccema o acné tienen mayor predisposición a esta enfermedad.
Claves para prevenirlo.
El cáncer de piel puede evitarse mediante simples hábitos de cuidado. El doctor Yan Carlos Vargas Caycho, comparte cinco recomendaciones esenciales para su prevención:
- Evitar la exposición solar directa entre las 10 a. m. y 4 p. m. Durante estas horas, los rayos solares son más intensos y dañinos para la piel. Se recomienda realizar actividades al aire libre en horarios menos riesgosos, incluso durante el invierno o los días nublados.
- Utilizar protector solar durante todo el año. Este debe aplicarse en las zonas más expuestas, como los labios, las orejas y la parte posterior del cuello, y reaplicarse cada dos horas o con mayor frecuencia en caso de nadar o transpirar abundantemente.
- Elija ropa adecuada con protección solar. Las prendas especialmente diseñadas para bloquear los efectos de los rayos UV, junto con sombreros de ala ancha y gafas de sol, ofrecen una protección efectiva contra la radiación ultravioleta.
- Consulte sobre medicamentos fotosensibilizantes. Algunos tratamientos farmacológicos pueden aumentar la sensibilidad de la piel a los rayos UV, por lo que es importante revisar esta posibilidad con el médico tratante.
- Revise su piel regularmente. Ante cualquier cambio en el tamaño, forma o color de un lunar, o si detecta manchas nuevas, acuda de inmediato a un dermatólogo. La detección temprana es fundamental para un tratamiento efectivo.
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