jueves, 7 de agosto de 2025

 

  • Seis de cada 10 niños atendidos en el servicio de patología del desarrollo del Hospital Almenara presentan problemas de aprendizaje vinculados a comprensión lectora, matemática, entre otros.




Salud e
n
 Casa.- Con el cierre del primer semestre escolar, muchos padres se encuentran preocupados por el bajo rendimiento académico de sus hijos. Esto puede deberse a factores como el estrés, la falta de hábitos de estudio o problemas emocionales. Sin embargo, en muchos casos, hay dificultades de aprendizaje no diagnosticadas. Según el Hospital Almenara, 6 de cada 10 niños atendidos en su servicio de patología del desarrollo presentan este tipo de problemas.


Para Milagros Bruno, coordinadora de la segunda especialidad en Neuroeducación y Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) de la Universidad Autónoma del Perú, esta realidad refleja que los problemas de aprendizaje son cada vez más frecuentes en las aulas “Cada niño aprende de forma distinta. Por eso, es fundamental identificar no solo si existe una dificultad, sino también cuál es su estilo y tipo de aprendizaje. Esto permite personalizar la enseñanza y brindarles las herramientas adecuadas”, afirma.


En ese sentido, la especialista brinda 5 claves para identificar y acompañar a un niño con posibles dificultades de aprendizaje:


  • Detecta desde el juego: El juego libre o guiado es una poderosa herramienta para observar cómo procesa información un niño. Juegos con patrones, secuencias, memoria visual o lógica pueden revelar fortalezas y desafíos. Observar cómo resuelve problemas o reacciona ante el error puede dar pistas más claras que una libreta de notas.


  • Integra herramientas digitales personalizadas: Hoy existen aplicaciones y plataformas con enfoque neuroeducativo que adaptan los contenidos al estilo de aprendizaje del niño. Algunas apps ayudan a reforzar lectura, cálculo o concentración con dinámicas lúdicas y progresivas. La clave está en usarlas como apoyo, no como castigo ni reemplazo.


  • Aplica el "diálogo metacognitivo": En lugar de preguntar “¿hiciste tu tarea?”, plantea preguntas como “¿ cómo te fue hoy? ¿qué fue lo más fácil y lo más difícil?”, “¿qué estrategia usaste para resolver ese ejercicio?” o “¿cómo sabías que eso estaba bien?”. De este modo, ayudas al niño a tomar conciencia de su forma de aprender, fortaleciendo la conexión entre cuerpo y cerebro, lo cual es vital para desarrollar autonomía.


  • Crea entornos multisensoriales en casa: No todos los niños aprenden igual. Algunos necesitan moverse, tocar o visualizar para aprender. Incorporar materiales como letras en relieve, música suave, organizadores visuales o técnicas de estudio con movimiento puede ser clave para quienes tienen un estilo kinestésico o visual.


  • Busca una evaluación profesional: si las señales persisten, lo mejor es acudir a un psicopedagogo o especialista en neuroeducación para obtener un diagnóstico preciso y trabajar un plan de acompañamiento personalizado.


“Detectar una dificultad de aprendizaje no debe generar alarma, sino abrir la puerta a una mejor comprensión del niño. Con el apoyo adecuado, es posible revertir el bajo rendimiento y fortalecer su autoestima. Lo importante es actuar a tiempo, sin comparar, y con estrategias que se adapten a su forma de aprender. Cada niño tiene un potencial único que merece ser descubierto y acompañado”, concluye Bruno. 

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