La especialista negó que este producto provoque daños a la salud y afirmó que, por el contrario, es uno de los métodos más seguros y efectivos para el tratamiento de enfermedades respiratorias y pulmonares.
“Los inhaladores son únicamente un método de administración del fármaco y no es verdad que generen efectos colaterales ni adicción o dependencia, pero sí hay que controlar que se utilicen correctamente para garantizar un resultado efectivo”, refirió.
La ventaja es que actúan directamente sobre la zona donde se ubica el problema (bronquios), no hay absorción al resto del organismo, se administra en pocas cantidades y sus efectos secundarios son mínimos, en comparación con los métodos por vía oral (pastillas) o inyecciones.
Indicó que del total de pacientes que utilizan inhaladores solo entre el 3 y 5 por ciento desarrollan efectos adversos. Manifestó que estos riesgos se presentan, comúnmente, en pacientes que se automedican y no se aplican la dosis adecuada, lo que podría ocasionar problemas como taquicardia, arritmia, calambres o problemas neurológicos.
Ello no ocurre si se utiliza bajo la supervisión de un especialista, y más bien es beneficioso porque permite abrir y relajar rápidamente las vías respiratorias aliviando la tos y otras molestias. Existen varios tipos de inhaladores, por lo que se requiere de un entrenamiento previo para aplicarlo correctamente.
En algunos casos puede ir acompañado de otros fármacos como antibióticos, antihistamínicos, u otros, dependiendo de los síntomas que presente el paciente, añadió la doctora.
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