lunes, 22 de septiembre de 2014

Françoise Barré-Sinoussi. Viróloga francesa ganadora del Nobel de Medicina 2008 por descubrir el VIH.
Maricarmen Chinchay.
Diario La República.- ¿Al hablar del VIH (Virus de  la Inmunodeficiencia Humana) seguimos refiriéndonos al virus más mortífero del mundo?

No, ya no. Si los pacientes siguen un tratamiento, esta infección no es mortal. Hoy en día se habla de personas que viven con el VIH, ya no decimos que padecen sida.
¿En qué sustenta esta afirmación? ¿Me puede decir cuáles son los resultados de estudios científicos más recientes?
Podría centrarme en dos grandes vertientes. La primera, referente a toda la investigación a nivel de vacunas. Desde el 2009 se han logrado avances en el reconocimiento e identificación de anticuerpos extremadamente eficaces. A partir de ellos, los científicos han logrado construir fórmulas que pueden incluso bloquear la infección de numerosos virus, porque el VIH es un virus que tiene muchas variantes. Los experimentos realizados en animales han podido demostrar que estos anticuerpos también pueden proteger contra la infección. Los investigadores están tratando de construir vacunas terapéuticas con datos muy prometedores que podrían inducir este tipo de reacciones. Además, buscamos disminuir el virus en el cuerpo y disminuir las células que contienen el virus en estado latente. La utilización de estos anticuerpos, combinados con los retrovirales, ya nos demuestra que es posible disminuir el índice de estas células latentes, escondidas o silentes.
¿Cuál es la otra gran vertiente?
La otra gran prioridad de la investigación es el desarrollo de nuevos tratamientos, contrariamente a lo que ocurre hoy en día con los que son de por vida. Tenemos pacientes que llamamos 'controladores naturales del VIH', que nunca han recibido ningún tratamiento y que portan el virus desde hace quince o veinte años, pero que logran manejarlo de manera natural y eso está relacionado con su genética. Tenemos otro grupo, los 'controladores inducidos'. Ellos son pacientes que han sido tratados de manera muy temprana dentro de las diez primeras semanas de habérseles detectado el virus con un tratamiento. Luego –tres años después– presentaban un virus perfectamente controlado. Ante esos resultados, los pacientes preguntaron si podrían detener el tratamiento. Y en efecto, se les permitió hacerlo en el 2005 y ahora están bien.
¿Que el virus reaccione de manera diferente en personas de distintas regiones del mundo es la principal razón para no haber dado con la cura del VIH hasta el momento?
No, eso es una dificultad. El mayor problema es que el virus se esconde en el material genético de las células de los pacientes y eso hace que sea difícil de ser identificado por los tratamientos y por la defensa inmunológica del paciente.
Desde 1983, año en que descubrió el virus, ¿se siente conforme con los avances en las investigaciones que se han realizado o es que se ha debido alcanzar algo mucho mayor?
La investigación sobre el sida ha sido ejemplar. Quizá 30 años puede ser mucho tiempo, pero para la comunidad científica es algo muy corto. Contar hoy con pruebas de diagnóstico altamente eficaces, tratamientos que permiten a los pacientes vivir con el virus de manera controlada y desarrollar todo un conjunto de herramientas de prevención y que Camboya –un país extremadamente pobre– tenga más de 80% de pacientes con tratamiento son grandes avances. 
Medios internacionales informaron que con la tragedia aéreade Malaysia Airlines se fue la cura del sida por la muerte de expertos en el tema. ¿Es así?
Es una exageración. Definitivamente hablamos de una tragedia, perdí allí a dos grandes amigos. Además, yo puedo morir mañana y eso no significa que la investigación concluya. Esta sigue y seguimos trabajando.

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