lunes, 2 de febrero de 2015

¿Creías que tampones y toallas intimas eran tus únicas aliadas? tenemos una buena y ecológica noticia para ti
 
Sandra Yépez Ríos
 
Revista Viú.- Buenos Aires en pleno calor del verano y tú tratando de encontrar una toalla femenina en alguna farmacia. Según han reportado los medios argentinos, es posible que te pases todo el día en esa tarea, por culpa de la escasez de productos de higiene íntima que afecta al país en las últimas semanas.
 
Para muchas mujeres esta crisis ha sido la oportunidad para descubrir que las toallas y tampones no son las únicas (ni las mejores) alternativas disponibles. Ante la dificultad, algunas se están animando a probar la aclamada, aunque poco conocida, copa menstrual.
 
A pesar de que está en el mercado desde hace décadas, no hay publicidad sobre la copa, de modo que al igual que la mayoría de las usuarias, yo la conocí por medio de una amiga. María del Carmen la utilizaba desde que era adolescente, la había descubierto cuando vivía en Europa y, desde entonces, su vida era mucho más confortable. Ella me explicó dónde comprarla (usualmente no se vende en tiendas) cómo lavarla y conservarla (es reutilizable y puede durar hasta 10 años) y cómo colocarla apropiadamente.
 
Como su nombre lo indica, se trata de una pequeña copa hecha de suave silicona 100% hipoalergénica que se dobla y se introduce en la vagina, donde se abre para contener el flujo menstrual. Después de 8 o 12 horas es solo cuestión de retirarla, descartar su contenido y colocarla nuevamente.
 
«Vaciarla y lavarla me toma 5 minutos en la mañana y otros 5 en la noche, el resto del día es como si no tuviera el período», confesó María del Carmen en aquella ocasión. Al cabo de poco, ya estaba yo probando por primera vez mi propia copa menstrual. Eso fue hace 4 años y desde entonces jamás volví a necesitar una toalla femenina.
 
Como sucede con muchas usuarias, los primeros días fueron algo complicados. Cuando está bien colocada, la copa no se siente, no incomoda, no se filtra y permite hacer tu rutina con total comodidad. Sin embargo, aprender a ponerla adecuadamente requiere un poco de paciencia. Por supuesto, para aquellas que utilizan tampones, la transición es más sencilla.
 
Aunque me tomó semanas familiarizarme con la copa, quedé tan satisfecha que, al igual que María del Carmen, yo también regué la voz entre mis amigas. «Al principio me resultaba difícil retirarla, tardé un tiempo en hacerlo bien», me contó Sarmite, una de las amigas a las que les presenté la copa. «Pero me pareció más ecológica y saludable, así que yo también se lo conté a todas mis amigas».
 
La copa está indicada para cualquier mujer de cualquier edad. De acuerdo con la ginecóloga y obstetra Jeannette Marchena, de la Clínica Delgado: «puede ser usada por mujeres que utilizan una T de cobre, o el anillo anticonceptivo vaginal (…) Incluso por aquellas que aún no han tenido relaciones sexuales». Y una vez superado el proceso de adaptación, mis amigas coinciden en que nunca pensarían en volver a los productos convencionales. Para todas el cambio ha significado una vida más cómoda, fácil y libre de estrés.
 
UNA REVOLUCIÓN EN ÁFRICA
En Argentina la escasez de artículos femeninos es un problema temporal; sin embargo, para mujeres en otras latitudes las dificultades para acceder a productos de higiene íntima son una odisea cotidiana.
En Kenia, donde hay quienes viven con menos de un dólar al día, comprar toallas sanitarias todos los meses está fuera del alcance de muchas mujeres.
 
Por ellos, organizaciones sin fines de lucro, como Femme Internacional, llevan a cabo programas para repartir copas menstruales y capacitar a las mujeres sobre su uso. También empresas como RubyCup donan copas en Kenia por cada copa vendida en Internet. Estas pequeñas contribuciones han representado un verdadero cambio de vida para cientos de mujeres en el este de África.
 
LO QUE DEBES SABER
• Al ser de silicona, la copa inhibe el crecimiento de bacterias, evita alteraciones en el PH y no representa riesgo de síndrome de shock tóxico.
 
• Algunas de las marcas que lo venden son Lunette, RubyCup y LadyCup. En Perú es posible encontrar MoonCup. La mayoría se comercializa por Internet.
• Su precio es de alrededor de 120 nuevos soles y puede durar de 5 a 10 años con un buen mantenimiento.
 
• Casi todas las marcas ofrecen dos tamaños, el mayor es para mujeres que ya han tenido hijos por parto vaginal.
 
• Es una alternativa ecológica, pues se calcula que en el mundo se descartan unos 94 000 millones de tampones y toallas cada año.
 
LO QUE DEBES HACER
• Aunque no se han reportado casos de reacciones desfavorables, es recomendable que consultes con tu médico antes de empezar a usarla.
 
• Lava la copa, de preferencia con un jabón íntimo. Dóblala por la mitad e insértala. Una vez adentro, asegúrate de que se abra nuevamente, de lo contrario no hará su trabajo bien. • Retírala presionando ligeramente la parte baja de la copa. Lávala y colócala otra vez. Según la ginecóloga Marchena, lo mejor es vaciarla antes de 12 horas.
 
• Cuando tu período termine, hiérvela en agua 10 minutos sobre la estufa y guárdala hasta tu próximo ciclo.

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