Publimetro.pe.- No solo se trata de estrés o mala alimentación. Un nuevo estudio enumera algunos factores indirectos que influyen en nuestra forma de dormir. Por ejemplo, la edad, la presión social o el tipo de luz al que nos exponemos diariamente.
“El sueño se respeta”. Este consejo que escuchamos a menudo tiene una razón de ser. No dormir bienafecta nuestra salud de muchas formas. Nos vuelve personas más ansiosas y olvidadizas. Además, afecta el corazón, el tejido cerebral y nos vuelve más propensos a la obesidad.
Muchas personas que sufren de insomnio y pasan las noches dando vueltas en el colchón tratando de conciliar el sueño culpan al estrés o la alimentación de este problema. Sin embargo, existen factores que no dependen directamente de nosotros.
Un reciente estudio de la Universidad de Michigan (EE,UU.) acaba de demostrarlo y, sin duda, será clave para combatir la actual crisis mundial de insomnio. El estudio utilizó una aplicación móvil gratuita para recoger datos del sueño de miles de personas en 100 países
Conoce aquí algunos de esos condicionantes que hacen que algunos duerman mejor que otros.
1.- La edad.
Este factor influye mucho en el descanso, a decir de los expertos estadounidenses. Los menores de 30 años suelen despertarse y acostarse en horarios muy diferentes. Sin embargo, este amplio rango de horario “se limita con la edad”, indicó Daniel Forger, uno de los autores del estudio, a la BBC. Así, a medida que aumenta la edad, dormimos menos horas y nos levantamos más temprano. En general, los hombres de mediana edad son los que menos duermen, indica la investigación.
2.- El sexo.
Las mujeres suelen dormir más que los hombres. En general, descansan un promedio de 30 minutos más cada noche que los varones, especialmente entre los 30 y 60 años. Los datos revelaron además que ellas se acuestan antes y se despiertan algo después que ellos. Asimismo, las mujeres suelen mostrar menos cambios en los hábitos de sueño a medida que envejecen.
3.- La presión social.
Ciertas presiones sociales alteran nuestro ritmo natural de sueño y nos hacen ignorar algunas señales biológicas sobre cuándo debemos ir a dormir. Por ejemplo, las responsabilidades de la mañana, como ir a trabajar y llevar a los niños al colegio, son factores determinantes que reducen el tiempo que pasamos durmiendo. “En general, las normas sociales gobiernan sobre la hora de acostarse y el reloj interno manda en la hora a la que nos despertamos”, afirma Daniel Forger.
4.- La luz.
El tipo de luz influye también en el ritmo circadiano, una especie de reloj interno que controla nuestro sueño y vigilia. Las personas que pasan más tiempo expuestas a la luz solar tienden a irse a la cama más temprano y duermen más. Lo contrario sucede con aquellos que pasan la mayor parte de la jornada bajo la luz artificial.
5.- Diferencias geográficas.
Los países culturalmente similares y cercanos geográficamente tienen patrones de sueño muy parecidos. Los españoles e italianos, por ejemplo, suelen acostarse más tarde y duermen el mismo número de horas. Lo mismo sucede con Canadá y Estados Unidos o Australia y Nueva Zelanda. La media de duración de sueño en el mundo va entre 7 y 8 horas.
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