Bodeguero no soportaba ver sufrir a su engreído. Joven de 22 años se hacía hemodiálisis de madrugada para no faltar al trabajo ni a sus clases de derecho.
Por: Tábatha Paredes
Trome.pe.- “Mi papá se convirtió en mi héroe. Gracias a él ahora tengo vida, nuevas ilusiones y metas”. Con estas palabras y al borde del llanto, José Mayorca, de 22 años, agradeció a su padre Sergio Mayorca (45), un esforzado bodeguero, por haberle donado un riñón.
José Mayorca es el mayor de los hijos de don Sergio. A los 14 años se le diagnosticó insuficiencia renal crónica, por lo que comenzó a ser sometido a constantes tratamientos para prolongarle la vida. Tras cada hemodiálisis, el joven estudiante de Derecho salía devastado. “Uno ve el sufrimiento de un hijo que está supeditado a una máquina tres veces a la semana, durante tres o cuatro horas, y duele. Ningún padre se negaría”, dijo Mayorca.
Para hacerse las hemodiálisis, sin faltar a sus clases y al trabajo, José Mayorca acudía al último turno que duraba hasta las 2 de la madrugada. “Al salir de cada sesión, mi padre siempre me esperaba con una sonrisa”, contó abrazando a su progenitor, a quien agasajará mañana en el Día del Padre.
FUERA DE PELIGRO
La doctora Virginia Baffigo, presidenta ejecutiva de EsSalud, señaló que José tuvo que superar un complicado proceso de recuperación y ya está fuera de peligro.
A su turno, Elsa Berríos, jefa de la Unidad de Trasplantes Sólidos del Hospital Rebagliati –donde se realizó la operación-, precisó que la realización de trasplantes con donante vivo son medidas muy críticas y solo se realizan cuando la vida del paciente corre riesgo inminente.
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