Por : Milagros Berríos.
Suplemento Domingo.- El “Monstruo de Cajabamba” violó a 17 niñas, huyó, lo capturaron y se suicidó. Las aulas también son tristes escenarios de acoso sexual, tocamientos indebidos y violaciones. En los últimos tres años se reportaron 47 casos de violación sexual cometidos por docentes, directores o auxiliares.
Rodrigo Arguedas está muy lejos –a diez mil kilómetros de distancia– de quien lo acosaba.
En agosto del 2014, un hombre de 49 años le repetía con insistencia las siguientes palabras: relación sexual, hotel, condón, brutal. Ese sujeto era Marcos Hualpa Bendezú, director del colegio público Bartolomé Herrera, que intentaba acercarse al exalumno de 18 años. Rodrigo grabó cada palabra en su celular. Unas semanas después, Hualpa apareció en las pantallas de televisión esposado y negando todo. Esa fue la última vez que Rodrigo le vio la cara.
"¿Salió?". La pregunta de Rodrigo, de 20 años, parecía una respuesta resignada. Decía que no estaba sorprendido de lo que acababa de oír. Pero, en realidad, sí lo estaba. Y mucho. Resulta que casi dos años después de su denuncia, un amigo le dijo que el director estaba esperando la sentencia, pero en libertad. Si bien se dictó prisión preventiva contra Hualpa y también lo separaron del cargo directivo, obtuvo una sentencia absolutoria durante el proceso, que luego apeló la parte civil.
Hasta el cierre de esta edición no hay versión oficial de la situación del director. "El caso se trata a puerta cerrada cuando fue una denuncia pública", dice Rodrigo desde la ciudad rusa de Nizhny Novgorod. Su familia, que vive en Lima, desconoce el paradero del hombre al que su hijo acusó.
El acoso que no calló Rodrigo –un exalumno de 18 años que pedía apoyo para un viaje de estudios a Rusia– lo viven niños que ni siquiera terminan la primaria. En lo que va del año hubo 88 denuncias de violencia sexual, según el sistema especializado en reporte de casos (SíseVe). Esta base de datos registra desde su creación (setiembre del 2013) más de 740 casos de acoso sexual, hostigamiento, tocamientos indebidos y violación sexual.
Estos reportes llegan cuando los padres, los alumnos y los profesores no callan. En Cajamarca el silencio se prolongó, por eso el caso del "Monstruo de Cajabamba" no aparece en la última estadística. Luis Vásquez da Silva (66) violó, golpeó y amenazó a 17 niñas del colegio que dirigía. El docente se escondió en la selva y se suicidó –según el Inpe– en el penal de Huacariz hace una semana. Da Silva se convirtió en uno de los hombres más buscados del país y terminó como un cuerpo que nadie reclamaba en la morgue.
En Ica también hubo silencio. Desde hace quince años, el "Monstruo de Chincha" seducía a los alumnos del colegio San Matías del Carmen, pero su detención recién se dio en octubre pasado. Héctor Guerra Salguero, guardián y auxiliar del único colegio del pueblo, abusó sexualmente de –al menos– diez menores. Para su captura intervino un delincuente que tenía en su poder la laptop en la que el violador almacenaba fotos y videos de abuso infantil. En el pueblo nadie lo creía.
Los agresores sexuales pueden dirigir escuelas, estar frente al pizarrón, apoyar al profesor, o resolver problemas administrativos. De los más de 740 casos reportados en SíseVe, 47 hacen referencia a una violación sexual cometida por un adulto que trabajaba en un colegio. Siete culminaron en un embarazo.
Las cifras resultan pequeñas para el gran problema escondido en las aulas. "El subregistro es muy alto porque ciertamente el SíseVe (el sistema de denuncias) recién ha empezado y se viene difundiendo. Hay quienes no denuncian por miedo, temor a represalias, procesos posteriores o perder el trabajo", explica el jefe de la Dirección General de Calidad de la Gestión Escolar del Ministerio de Educación (Minedu), Javier Palacios.
Ataques de terceros
La semana pasada, el 4to de secundaria del colegio 2024 Alberto Fujimori no tenía profesor de Matemática. Al menos, eso aseguran los alumnos de esta escuela de Los Olivos. Su maestro, Rubén Sáenz, que enseñaba números desde hace veinte años ahora cumple prisión preventiva por el presunto delito de acoso sexual. Su alumna J.Y.H.R, de 16 años, no tuvo miedo y lo acusó.
A la menor no le iba bien en el curso y el docente ofreció apoyarla. Según la estudiante, el profesor ponía condiciones: que vaya a limpiar su casa, vestir un polo y un short pequeños, bañarse y echarle crema en el cuerpo. A cambio le entregaría veinte soles. J.Y.H.R. presentó a las autoridades una grabación en la que Sáenz le decía que "todo el mundo quiere que lo apruebe". "Tú mueres si hablas", le amenazaba.
"Una dádiva a cambio de sexo es un delito", comenta la especialista del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Elízabeth Vásquez. Los acosadores en las escuelas son fieles a estas características: amenazan, tienen una relación de poder con la víctima, no tienen similitudes de edad y ofrecen bienes a cambio de una relación. Este tipo de accionar se ha reportado 40 veces este año en los Centros de Emergencia Mujer del referido ministerio.
El jueves 23, la menor accedió a encontrarse con el profesor. Lo buscó cerca de la Municipalidad de Los Olivos. Quería hallarlo, pero para que lo capturen. Aquel día, miembros de la Policía y del Ministerio de la Mujer, previa coordinación con J.Y.H.R, llegaron a la casa del docente y lo detuvieron. Él dijo que la menor siempre iba a limpiar.
"¿Ya estás feliz con lo que has hecho?". Una profesora dirigió la pregunta a J.Y.H.R sin mirarla. Días después de la captura de Sáenz, algunos docentes hablaron con la denunciante y le reclamaron su accionar. Algunos estudiantes estarían organizando una manifestación para que el maestro vuelva a las aulas.
Los exalumnos dicen que la cara del profesor lo delataba. Dicen que no sabían si les miraba el rostro o el pecho. Otros cuentan que desaprobaba a todas las mujeres. "Seguro quería que vayan a su casa", comentan. "Me da pena el profesor. Tal vez será enfermo. Todos somos humanos", dice la madre de una de las presuntas afectadas. Pero eso no piensa la madre de J.Y.H.R, quien pide asesoría legal para enfrentar el proceso judicial.
El nivel secundario, donde estudian jóvenes como J.Y.H.R, tiene el mayor número de víctimas de violación sexual (24) desde setiembre del 2013, según SíseVe. El resto (18) está en primaria.
Ruta de victimarios
Hace una década, el Minedu difundió una lista de profesores sentenciados por delito de violación. Fotos tamaño carné, nombres completos, región y condena. Los hombres formados para enseñar a niños aparecían como delincuentes ante los ojos de los padres.Esta medida no duró mucho. Ahora, el Minedu dice que el Poder Judicial elaborará una lista de personas con procesos abiertos.
Las faltas y delitos vinculados a la violencia sexual pueden ser sancionados por la vía administrativa y penal. La comisionada de la Adjuntía para Niñez y la Adolescencia de la Defensoría del Pueblo, Rosa Vallejos, precisa que los castigos pueden ser multas, servicios a la comunidad o cadena perpetua. "La violación sexual amerita cadena perpetua si la víctima es menor de 10 años. En el caso de mayores de 10 y menores de 18 será cadena perpetua si el agente tiene una posición de autoridad o dependencia".
Más de 60 sanciones
El Minedu no cuenta con estadística centralizada sobre docentes sentenciados. Esta información la tiene cada Dirección Regional de Educación (DRE). En Lima Metropolitana, por ejemplo, 67 docentes fueron sancionados y otros 74 tienen casos en proceso de investigación, entre el 2014 y 2016. El mayor número se concentra en las UGEL 4 y 6, que agrupan distritos como Comas, Puente Piedra, Santa Rosa, La Molina, Ate y Santa Anita.
Una vez que empieza la investigación por violencia escolar, el docente debe ser separado del colegio de manera temporal. Las autoridades dicen que el Registro Nacional de Sanciones de Destitución y Despido informa si un maestro está impedido de prestar servicios en el Estado. Su uso es sencillo, en teoría. Al escribir el nombre completo del exdirector del Bartolomé Herrera, a quien Rodrigo acusó hace dos años, el sistema arroja: no aparecen registros. El agresor es hoy un fantasma.
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