Entrevista a Julio Kuroiwa. Ingeniero civil de la Universidad Nacional de Ingeniería. Experto en sismología.
Por : Adriana Mayo.
Diario La República.- El sismo del último jueves puso en alerta a la población limeña, pues su impactante fuerza sorprendió a la mayoría. Y, a 270 años del último terremoto de fuerte intensidad que golpeó la capital, surge una pregunta: ¿estamos realmente preparados para un evento similar? El experto en gestión de riesgos y desastres Julio Kuroiwa nos responde.
¿Los últimos sismos nos han ayudado a tomar conciencia del peligro que implica vivir en una zona sísmica?
Estos no han sido más que una advertencia de la naturaleza. Aunque dichos fenómenos nos indicaron que se está liberando energía, su pequeña magnitud no ha sido útil para disipar todo lo acumulado ya que un terremoto de 8 grados es 30 veces más fuerte que el de 7 y, a su vez, mil veces más fuerte que el del jueves. Así que los últimos sismos no son más que avisos para que tomemos nuestras precauciones.
¿Nos falta mucho para lograr una cultura preventiva?
Lamentablemente aquí está muy poco difundido el tema, la gente no entiende qué es un terremoto y un tsunami. Por eso propongo como meta hacia el Bicentenario que todos los peruanos tengamos conocimientos básicos sobre ambos aspectos, de tal manera que seamos capaces de interpretar las señales que nos da la naturaleza cuando ocurre un fenómeno. Así como pasó en la ciudad japonesa de Kamaishi.
¿Cuáles son esas señales?
Allí los alumnos sabían que la duración del terremoto está vinculada con la magnitud del mismo. Si este pasa de los 7 grados puede producir un tsunami pequeño pero si supera los 8 y dura más de 3 minutos se trata de un evento de gran magnitud que puede generar olas de gran altura. Los estudiantes interpretaron esos datos y pese a que el colegio se encontraba fuera de la zona de inundación, evacuaron. Ojalá que dentro de 5 años los peruanos tengan esos conocimientos elementales que salvaron la vida a miles de estudiantes.
¿Son realmente útiles los simulacros?
Si bien los ensayos de evacuación son útiles, deben ir acompañados de conocimientos básicos de tal manera que cada persona sepa cómo enfrentar los diferentes escenarios, porque si no los conoce no sabrá que tiene solo pocos minutos, no actuará con prontitud y no podrá salvar su vida.
Siendo tan importantes, muchas personas los siguen tomando en broma.
Lo que pasa es que el último gran terremoto que afrontó Lima fue en el año de 1974 y un alto porcentaje de la población de Lima, sobre todo los menores de cuarenta, no saben lo que realmente significa un terremoto y entonces son escépticos, incrédulos e indiferentes. Por eso resulta importante la educación.
Por otro lado Dr. Kuroiwa, se tiene que gran parte de la población vive en las laderas de los cerros, lugares vulnerables ante un sismo. ¿Qué tipo de cambios se deben dar en las normas de construcción para evitar estos escenarios?
El Ministerio de Vivienda tiene una norma de diseño sismoresistente del año 1997 y ningún colegio diseñado bajo dichos parámetros ha sufrido daños ni colapsado. Lo que sucede aquí es que el 70% de las viviendas contruidas en los últimos años se han construido de manera informal, están hechas por el dueño o por un simple peón que no pone columnas de refuerzo y se ubica en cerros arenosos con pendientes.
De quién es la responsabilidad, entonces...
La gran responsabilidad es de los alcaldes. Son ellos los que deben proteger a sus ciudadanos. Si bien es difícil reasentar a todas estas personas en otro sitio, las autoridades locales no debieron permitir que se asienten en dichos cerros ni en las quebradas como en Chosica donde bajan huaicos con tremendas piedras.
Desde su punto de vista, ¿considera prioritario que el Gobierno invierta en adquirir sistemas de alerta temprana?
Fíjese que Japón donó un sistema de alerta temprana para tsunamis al Centro de Investigaciones Sísmicas y Mitigación de Desastres de la Universidad Nacional de Ingeniería y eso está bien, pero nada va a poder reemplazar a una educación seria y por los pocos resultados que tenemos en el país nos damos cuenta de que no hemos logrado nada. No hemos aprendido. Hay que reformar entonces para cambiar los resultados para que la población sepa cómo actuar durante un terremoto.
Es esa la tarea pendiente.
Frente a ese panorama y la amenaza de que suceda un gran terremoto, creo que por razones humanitarias debemos ocuparnos de las personas pobres, si realmente hablamos de inclusión social hay que capacitar a los más necesitados. Es una deuda que tiene el país.
Doctor, cerremos la entrevista con una recomendación.
De una u otra manera, tarde o temprano, va a ocurrir un terremoto de gran magnitud, por eso recomiendo revisar si las viviendas están seguras. En todos los terremotos, tanto en Japón como en California, Chile y Ecuador, la población se quedó sin agua, entonces es primordial guardar en casa tres packs de botellas de agua en caso un sismo nos deje sin ella.
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