lunes, 5 de febrero de 2018

A propósito de asesinato de niña Jimena en San Juan de Lurigancho.


Agencia Andina.- El abandono de los padres, los conflictos familiares, la violencia física o el abuso sexual son circunstancias que generan mucha inseguridad en el vínculo afectivo de niños y niñas y los puede convertir a futuro en potenciales violadores sexuales.

Así lo explicó el médico psiquiatra Humberto Castillo, del Instituto Nacional de Salud Mental, al indicar que muchos de estos casos (de violadores sexuales) se forman en la infancia temprana, por abandono del padre o de la madre, por conflictividad familiar o por situaciones en las que los menores han sido tratados como objetos sexuales.

"Hay situaciones en las cuales los niños son expuestos a dobles discursos, como cuando son seducidos o convertidos en objetos sexuales por familiares o alguien del entorno, que en vez de protegerlos les dan un doble mensaje: el de supuesta protección y de utilización y abuso", dijo.

Indicó que el violador sexual busca repetitivamente reexperimentar escenas en las que confluyen sus miedos, angustias y sentimientos agresivos, y que ponen en juego toda una conflictividad emocional formada desde la infancia.

El especialista dijo que se trata de procesos muy complejos que merecen ser atendidos por un experto en salud mental, para evitar que el niño o adolescente busque repetir la agresión en el futuro, pero esta vez como victimario.

Estos menores, añadió, son aún más vulnerables cuando los someten a la visualización de imágenes pornográficas o videojuegos que muestran únicamente escenas violentas.

Por ello, recomendó a los padres de familia reconocer las emociones de sus hijos –como angustia, cólera, miedo– y acogerlos, en vez de criticarlos por ello. 

"Tenemos que ayudarlos a identificar, a procesar, a calmar, y no dejar que estas cosas se acumulen, se escondan, porque más tarde se manifestarán como escenas trágicas".

El los últimos días la ciudadanía ha sido conmovida con una serie de casos de violación sexual de niñas por parte de sus padres, padrastros o parejas de sus madres, en uno de los cuales, ocurrido en Puno, generó que la menor víctima resulte embarazada y tenga un bebé.

Pero otro caso sorprendió aún más al conocerse que una menor de 11 años fue asesinada y quemada en el distrito de San Juan de Lurigancho, por un sujeto que, según su confesión policial, la violó previamente.

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