Discusión debe realizarse de comunidad en comunidad, sostiene Yuri Cutipé
Agencia Andina.- Es urgente cambiar los roles que se asignan a hombres y mujeres dentro de la familia y la sociedad peruana si se quiere reducir la violencia estructural en el país, aseguró el director nacional de salud mental del Ministerio de Salud (Minsa), Yuri Cutipé.
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En diálogo con la Agencia Andina, Cutipé dijo que la indignación de la población frente a los reiterados casos de violencia no cambiará nada si no hay una discusión profunda, dejando de lado paradigmas machistas, sobre el tema en todos los rincones del país.
“En los ministerios y en los medios de comunicación debatimos y nos llenamos de compromisos, pero eso finalmente no logra cambios. La mayoría de casos no se denuncian porque la gente no siente seguridad en los servicios públicos ni tampoco en la reacción de la población. Hay que trabajar de comunidad en comunidad”.
Gobiernos locales y ministerios
Pidió trabajar a todo nivel el cambio de paradigmas e ideas sobre los que se construye la sociedad, como los referidos al trato hacia los niños y las relaciones entre varones y mujeres, tarea en la que deben estar inmersos los gobiernos locales y varios ministerios, como el de Educación.
“Por ejemplo, cuando algunos colectivos salen a decir "con mis hijos no te metas”, un alcalde o autoridad puede sentirse inhibido para hablar sobre el tema y allí se pierde la oportunidad de tener un debate rico que pueda producir cambios”.
Para el experto, se requiere de un trabajo multisectorial con un objetivo común, de lo contrario seguiremos perdiendo valiosas vidas a manos de la violencia en los hogares y las calles.
Por ejemplo, dijo, el Ministerio de Educación, en una perspectiva de 10 a 20 años, puede cumplir un rol importante desde una cultura del buen trato.
No obstante, la comunidad educativa no abarca a todos y en ese tiempo habrán muerto más o menos 1,000 mujeres por feminicidio. "Por eso los cambios deben realizarse en territorios más amplios que el colegio, por lo menos en cada distrito o cada comunidad”.
Esto tiene que ser un trabajo en cada red, liderado por los gobiernos locales, que deben estar respaldados por los operadores de sectores que contribuyen a luchar contra la violencia, anotó.
“En esta tarea deben estar juntos el sector Educación, Salud, Interior, el Ministerio de la Mujer, fortaleciendo a la red que contribuya a la movilización por el cambio”.
Resolver temas básicos
Como especialista en salud mental, Cutipé comentó que no basta con atender la salud emocional de las personas para que haya menos violencia, sino que es fundamental resolver temas que también son detonantes de violencia, entre ellos la inseguridad o falta de trabajo.
“Muchas veces la precariedad económica provoca en los padres mucho estrés y eso hace difícil que tengan paciencia y buenas relaciones con sus hijos. Así poco a poco el hogar deja de ser un sitio de protección y tranquilidad. Buena parte de los niños y niñas en situaciones de calle provienen de hogares con mucha violencia, y en vez de deprimirse o amilanarse ante sus padres prefieren huir de casa”.
Aunque reconoció que los patrones de crianza en el país están migrando progresivamente hacia un mayor respeto de los derechos de los niños y las niñas, porque hace 20 o 30 años era más aceptada la violencia como una estrategia de crianza; los cambios son insuficientes.
Refirió que en ese momento el 70 % de consultas en los servicios comunitarios de salud mental lo ocupan niños y adolescentes con problemas de aprendizaje, de conducta, emocionales y de desarrollo.
Por último, para el psiquiatra, si se quieren lograr cambios importantes de lucha contra la violencia y que permanezcan en el tiempo, es fundamental empezar a trabajar ya mismo y de la mano con las comunidades, sobre todo las más alejadas.
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