martes, 20 de marzo de 2018

Un Diario.pe.- “Es inevitable que los problemas de corrupción nos afecten como país y sociedad. Es penoso que personas que deben dar el ejemplo de honestidad y amor al país demuestren una conducta opuesta, generando en la población desconcierto, desesperanza y depresión”, manifestó Luis Matos Retamozo, médico psiquiatra y jefe del Departamento de Promoción de Salud de la Dirección de Salud Colectiva del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi. 


"Ya en el año 2012 Estudios Epidemiológicos de Salud Mental del Instituto Nacional de Salud Mental “Honorio Delgado – Hideyo Noguchi”, reportaba que el 20,6% de la población adulta en Lima Metropolitana y el Callao percibía que el principal problema del país es la delincuencia, seguido de la corrupción y el desempleo. 


Matos señala que la  corrupción, que funciona como un índice de bienestar, es un mal que se hace a la sociedad y al bien público, que afecta la felicidad del individuo. Manifestó además, que los ciudadanos ven el problema de corrupción como una dificultad que atenta contra los derechos y nos lleva al atraso ocasionando daños al desarrollo de nuestro país.



El especialista afirmó que los problemas de corrupción más que causar algún trastorno de salud mental en las persona en sentido individual, dañan la salud mental de la población. La sociedad  comienza a  carecer de autocontrol para enfrentarse a diversos problemas generando desánimo, desmoralización y desesperanza. La delincuencia, corrupción, crisis económica, desempleo, pobreza, alcoholismo son estresores que dañan seriamente la salud mental de la población, acotó.




El problema de corrupción es que puede conducir a uno de los problemas más graves que afectan la salud mental, la llamada anomia, que implica considerar que da lo mismo actuar decentemente o de manera deshonesta. Ello se relaciona directamente con la corrupción, ya que la justifica y la alienta de una manera cómplice por no denunciarla. 



“El mayor peligro como sociedad al ver diariamente estos problemas de corrupción  es que nos acostumbremos a estas conductas inadecuadas y lleguemos a ser indiferentes. Ese día estaremos perdiendo nuestros valores y dañando nuestra salud mental”, advirtió el médico psiquiatra. 

PERFIL DEL CORRUPTO  Matos Retamozo define la corrupción como el aprovechamiento del poder para beneficio propio. 

Es un comportamiento  que se produce por imitación de las conductas de otros.  Por lo general, la persona corrupta es aquella que tiene rasgos sociopáticos de personalidad. Es una persona que no respeta y no toma en cuenta los valores.  Es decir, le da lo mismo robar  y no le importa quedar mal con tal de beneficiarse. La impunidad favorece el florecimiento de la corrupción.


LA CORRUPCIÓN Y LOS NIÑOS 

El Dr. Matos, alertó  que los niños  ante tantas noticias de corrupción perciben  e interiorizan estas acciones  y muchas veces actúan por conductas aprendidas  que son repetición de paradigmas aprendidos.  Es ahí donde los padres, maestros o tutores cumplen un rol importante en educarlos y fomentar buenos valores  e indicarles que todo acto no correcto lleva siempre a una sanción o castigo. 

RECOMENDACIONES 



El especialista propone que ante los problemas de corrupción, es necesario inculcar desde la niñez buenos valores, enseñarles a diferenciar entre lo bueno y lo malo. Es importante que cada ciudadano  aprenda a tomar  conciencia de sus actos y asumir sus responsabilidades cuando comete una falta.  La superación de los  actos de corrupción y problemas sociales, que afectan a la sociedad y perjudican la salud física y mental de los ciudadanos, se obtendrá  interiorizando el valor de la salud mental, logrando que la sociedad de todas las edades asuma la salud mental como un  derecho fundamental en su vida, puntualizó Matos Retamozo.

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