lunes, 2 de julio de 2018

Especialistas responden esa pregunta


Agencia Andina.- Ansiedad, introversión y bajo desarrollo cognitivo son algunos de los problemas que muchos niños van a experimentar en su formación por el uso de un teléfono móvil o Tablet de manera indiscriminada y sin la debida guía de los padres. Por tal motivo, los especialistas recomiendan brindar esta herramienta tecnológica de acuerdo a la madurez del menor y a sus necesidades.

Para Silvia Ochoa Rivero, psicóloga educacional y docente de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), la mejor edad para manejar un celular o una tablet es cuando el niño necesita ampliar su grupo de amigos y de redes que es en la adolescencia. 

“Hablo básicamente de terminando la primaria para entrar a la secundaria, porque antes de eso es muy difícil pedirle a un niño que sea responsable, por un lado y, por otro lado, que controle sus impulsos de parar”, aseveró Ochoa en declaraciones a la Agencia Andina.


Confirmó, sin embargo, que muchos niños menores de siete años llegan a su consulta con teléfonos móviles que les han dado sus padres para que se comuniquen con ellos, pero sin aplicarles ciertas normas y reglas. 

Al respecto, dijo que un niño que prematuramente descubre la “golosina” va a descubrir una serie de opciones en el celular (juegos, internet), haciendo que se desconecte de sus contemporáneos.

“No es raro ver a chicos, a los 10 años, ir a un cumpleaños con sus celulares y cogerlo para mirar el aparato en lugar de estar interactuando con sus compañeros. Esto es dramático en verdad, pero es totalmente frecuente lamentablemente”, señaló.


Formación educativa

La especialista dijo que, pese a que los celulares y las tables son herramientas que permiten acceder a mucha información desde el punto de vista educativo, los menores van a buscar mayormente música, juegos u otro tipo de entretenimiento.

“Los chicos normalmente no tienen la inclinación de buscar información sino están orientados por los padres. Internet puede ser una herramienta muy valiosa desde el punto de vista educativo, pero necesita una guía, una hoja de ruta”, argumentó.





Lamentó, sin embargo, haber constatado que son los propios padres quienes les dan estas alternativas a sus hijos más pequeños para que estén “tranquilos, callados y quietos”.

Reglas y límites

Frente a esta realidad, Ochoa sostuvo que los padres de familia juegan un rol fundamental en el establecimiento de reglas y límites al momento de entregarle un celular a sus hijos, incluso aunque sean adolescentes.

Consideró que los niños no están en capacidad de autorregularse y que deben ser los padres quienes marquen los límites sobre el uso de estos aparatos, así como se hace a la hora de prohibirles ver televisión para que cumplan con sus deberes de la casa o del colegio.




“Como en todas las otras cosas, los padres deben actuar con mucha firmeza en su rol. Porque los padres estamos llamados a ver, orientar y acompañar el desarrollo de un niño, no a complacerlo”, aseveró.
 
Ochoa dijo haber propuesto a los padres de familias de algunos colegios donde ha dado charlas, la redacción de un contrato que sus hijos deben firmar y respetar sobre los deberes y derechos que implica tener un celular.

“A la hora de acostarte tú me entregas el celular, antes de cenar, tu horario de celular es de tal a tal hora, y luego me das el celular porque estamos dentro de casa y no lo vas a necesitar y se acaba. Cuando los chicos van cumpliendo esto ya le podemos ir extendiendo el horario”, explicó.

Problemas físicos


Por su parte, el pediatra neonatólogo de la clínica Vesalio, Jorge Herrera Luyo, calificó de preocupante el daño físico que se estaría generando a los niños desde muy temprana edad el uso de este tipo de aparatos.

“A mi consulta vienen acompañados de sus padres niños desde los ocho meses de nacidos que ya le han dado un aparato “celular” para que jueguen.  Los niños no saben lo que tienen entre manos, pero les gusta los botones y las luces”, anotó.

En declaraciones a la Agencia Andina, Herrera dijo que estos aparatos no solo les daña la formación cognitiva sino también la física porque afecta la vista, pueden tener problemas con la cervical, dolores en los dedos y en las muñecas.

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