La falta de hierro provoca una serie de síntomas que van desde taquicardia (palpitaciones), falta de aire, dolores de cabeza, mareos, hipotensión y hasta pérdida del cabello.
RPP Noticias.- En un país como el nuestro, donde el 28% de las embarazadas y la mitad de los bebés de las zonas rurales tienen anemia, siempre es importante tocar este tema. Hoy queremos enfocarnos en un aspecto distinto del mismo: en la diferencia entre anemia y deficiencia de hierro, además de porqué es importante no tener ninguna de esas dos condiciones.
¿Para qué sirve el hierro?
Usualmente cuando hablamos del hierro, acostumbramos a pensarlo asociado únicamente a los glóbulos rojos, a la hemoglobina y al transporte del oxígeno, lo que es un gran error. El hierro se encuentra en todas las células del cuerpo y forma parte de más de 200 enzimas celulares, permitiendo que nuestro organismo se mantenga sano. Cuando nos falta hierro podemos tener una serie de síntomas que van desde taquicardia (palpitaciones), falta de aire, dolores de cabeza, mareos, hipotensión y hasta pérdida del cabello.
¿Dónde está el hierro?
La mayor cantidad del hierro que tenemos (que en un adulto es de aproximadamente 4 gr., dependiendo del peso de la persona) está en la hemoglobina de los glóbulos rojos circulantes, la médula ósea y el hígado. También hay un porcentaje en el músculo, en la mioglobina. Entonces tenemos un hierro que es el que circula y otro hierro que es el de depósito, que no está circulando pero que es el que nos sirve de reserva.
¿Cuál es la diferencia entre el hierro que circula y el de reserva?
Podemos hacer la analogía con el dinero que uno puede tener en la billetera, que sería el hierro circulante, y el hierro de depósito, que es el dinero que uno tiene en el banco y que, evidentemente, sirve de respaldo. El dinero que uno tiene en la billetera entra y sale con rapidez, pero si nos hace falta, tenemos la posibilidad de recurrir al banco.
De la misma forma, la hemoglobina, que es una forma indirecta de medir el hierro, nos da un indicio del hierro circulante (formado un par de meses atrás y circulando ahora) y puede variar por cualquier tipo de pérdida como un sangrado irregular o ingesta pobre en hierro. En ese caso, el organismo tendría que hacer uso de su reserva. Si no la tieneestamos en problemas.
Entonces queda claro que la anemia y el déficit de las reservas de hierro no son lo mismo. Puede haber anemia con reservas normales y puede haber déficit de reservas sin anemia.
¿Cómo medimos ambas cosas?
En general, para el estudio de las anemias hay una serie de factores que deben ser tomados en cuenta. El primero es el valor de la hemoglobina, que es el que da el diagnóstico. Hemoglobinas menores de 13 en hombres y 12 en mujeres indican anemia. La gestación es una etapa especial de la mujer donde se aceptan valores menores dentro del rango de normalidad.
Se diagnostica anemia si la hemoglobina baja de 11 (valores en g/dl), aunque algunas iinstituciones aceptan que en el segundo trimestre del embarazo baje hasta 10.5 sin considerarlo anormal. La hemoglobina entonces es la que nos sirve para diagnosticar anemia. Y para ver las reservas de hierro, que ya hemos visto que son muy importantes, se usa la medición de la ferritina.
El hemograma, que es uno de las primeras pruebas que pedimos los médicos para cualquier chequeo, también nos da mucha información sobre el volumen de los glóbulos rojos y el de la hemoglobina, índices que nos ayudan a averiguar las probables causas de la anemia. Otros análisis que se piden para saber las causas o el tipo de anemia son el de transferrina ( la proteína que la transporta) y el de saturación de transferrina, siendo que estos exámenes ya son más especializados.
LO IMPORTANTE
Teniendo índices tan altos de anemia y de deficiencia de hierro en nuestro país, sería recomendable cuando se hacen chequeos médicos, pedir no solo hemograma y hemoglobina, que permiten el diagnóstico de anemia, sino también la FERRITINA, para saber como van los depósitos de hierro. Con mayor razón en poblaciones sensibles, como las gestantes. Esto implica un costo mínimo y nos permitiría una enorme mejora en la evaluación y tratamiento de nuestros pacientes.
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