La subida de 43.6% a 46.6% en el promedio nacional de anemia, en el primer semestre de este año, ha prendido las alarmas. Cifras del INEI indican que ha aumentado en zonas urbanas y que hace años no hay mejoras. "Es un grave problema", dicen los expertos.
Suplemento Domingo.- La región Puno tiene 75.9% de anemia en niños menores de tres años, según la medición que hizo el INEI el 2017. El problema se agrava en las zonas altas. En el distrito de Capazo, provincia del Collao-Ilave, ocho de cada diez niños presentan esta deficiencia, indican reportes regionales. Una cifra impactante si consideramos que el Perú crece hace ya varios años.
La región Moquegua tiene índices de 37% de anemia en su zona urbana pero en sus distritos de las zonas altas, cerca a Puno, la cifra puede elevarse hasta el 70%. La anemia es la falta de hierro en la sangre, lo que impide la producción de glóbulos rojos que transportan oxígeno a todo el cuerpo.
"Estamos enfrentando un problema grave y en algunas regiones es gravísimo", dice Liliana la Rosa, ministra de Desarrollo e Inclusión Social. Al Midis le corresponde la secretaría técnica de la Comisión Intersectorial de Asuntos Sociales (CIAS), responsable de monitorear el tema.
"¿Qué factores provocan esas cifras de anemia en Puno?", preguntamos. "Hay directa relación con la seguridad alimentaria. La lactancia disminuyó en la sierra. La gente tiene gallinas, vende los huevos, no los consume, y compra galletas. Tampoco se aprovecha la sangrecita de las aves. Necesitamos cambiar la cultura de la alimentación", explica la ministra.
Un informe de abril del periodista Liubomir Fernández, de La República Sur, citaba a un funcionario de salud de Puno: "Cuando se les reparte las chispitas que combaten la anemia y la desnutrición, hay reticencia a su consumo". Eso también está influyendo.
Una cifra de la encuesta Endes 2018 del INEI, que presenta resultados del primer semestre del año y que se conoció en los últimos días, ha llamado la atención: es el aumento del promedio nacional de anemia de 43.6% a 46.6%. Tres puntos es bastante.
"Hay que debatir el dato", dice la ministra. Y explica: "En enero de 2016 las cifras de anemia indicaban 51.8% y fue cayendo hasta 43.6% en diciembre. En enero de 2017 empezamos con 47.7% y conforme se ajustó las cifras, terminamos en 43.6%. Este año estamos en 46.6% y lo más probable es que también terminemos el año con 43.6% y tendencia a la baja", dice La Rosa.
Una opinión parecida tiene Lili Sandoval, nutricionista de la estrategia sanitaria Alimentación y Nutrición Saludable" del ministerio de Salud: "Si vemos la medición mes a mes del 2018 veremos que la tendencia es a la baja. Hemos ido de un promedio de 49% a 45%".
El presidente de la Mesa de Concertación para la lucha contra la Pobreza, Federico Arnillas, señala que, de acuerdo a los resultados de años anteriores, el primer semestre de cada año suele tener cifras un poco más altas que el promedio del año. "Pero eso no le quita relevancia al dato. Si empezamos alto, podría seguir subiendo, y eso justifica la alerta que se plantea", comenta.
Estrategia para mejorar
Hace ya varios años que las cifras de la anemia en el Perú están por encima del 40%. Es decir que cuatro de cada diez niños menores de 3 años la sufren. Para la Organización Panamericana de la Salud (OPS) si un país registra 20% de anemia tiene un problema de salud pública. Si tiene 40% es un grave problema: en el Perú significan 743 mil niños.
Frente a este escenario el gobierno elaboró el Plan Multisectorial de Lucha contra la Anemia, refrendado por 15 ministerios en julio pasado. Tienen que trabajar para un objetivo: lograr que la anemia baje a 19% en el 2021, año del Bicentenario de la independencia. Hoy parece difícil.
La estrategia contempla la atención a madres gestantes con alimentos ricos en hierro y suplementos, atención a los niños de cuatro meses con hierro en gotas, tamizaje de sangre a los seis meses y mejorar la lactancia materna. También prevención o tratamiento de anemia en todos los establecimientos de salud con énfasis en niños menores de 36 meses. Se han identificado 1,226 distritos con altos niveles de pobreza que serán priorizados.
Los quince ministerios involucrados en la campaña contra la anemia –liderados por el Minsa y el Midis– deben trabajar coordinadamente y aliarse con los gobiernos locales y regionales y con los líderes comunitarios para conseguir mejores resultados.
"Este es un problema que involucra a todos. En el Midis tenemos responsabilidad sobre nuestros programas: con Cuna Más llegamos a 160 mil niños, las señoras del programa Juntos son parte del ejército de promotoras. Se les capacitará para que hagan seguimiento a las familias. Y con Qali Warma hay 3 millones 200 mil estudiantes que pueden aprender sobre anemia, eso en coordinación con el sector Educación", explica la titular del Midis.
Por ejemplo, Arequipa y Callao, las dos regiones que lograron disminuir más sus índices de anemia, tuvieron la participación marcada de su presidenta regional y de su alcalde respectivamente.
El sector Salud ha iniciado Jornadas contra la anemia y mañana lunes lanza la cuarta campaña. "Habrá 800 puntos de atención a nivel nacional. Se atenderá a niños menores de cinco años con tratamiento preventivo y se hace dosaje para ver hemoglobina. Si tiene anemia se inicia el tratamiento. Y para no tener anemia se les da consejería sobre alimentos ricos en hierro: sangrecita, hígado, bazo, menudencias de pollo", explica Lili Sandoval, nutricionista del Minsa.
Sectores como Vivienda y Construcción tienen que mejorar los niveles de saneamiento y agua; y Agricultura participar en temas de seguridad alimentaria. "Si los niños sufren de enfermedades diarreicas por falta de agua o no hay un complemento alimentario, los que se hayan recuperado se volverán a enfermar", dice la ministra La Rosa.
Otro aspecto que ha llamado la atención de la encuesta dada a conocer por el INEI es que la mayor alza del índice de anemia se ha dado, sobre todo, en ámbitos urbanos.
"Si bien la anemia sube, la pregunta es dónde sube: pues en zonas urbanas, donde pasa de 40% a 44%, mientras que en las zonas rurales los porcentajes se mantienen iguales. Por macrorregiones vemos también que donde más ha subido es en la costa", precisa Federico Arnillas.
En Lima Metropolitana la anemia subió, sorprendentemente, 7.8%. ¿Cómo se explica eso? Para Arnillas podría deberse al hecho de que en zonas urbanas muchas mujeres se incorporan pronto al mercado laboral y, como resultado de eso, la madre no puede dar de lactar al niño. También señala que el año 2017 la pobreza se incrementó en las zonas urbanas.
"Los segmentos donde más sube la anemia, en zonas urbanas, es en segmentos medios y altos", explica con cuadros en mano. Eso es llamativo. Para la titular del Midis, la anemia está en todos los sectores, no es un problema solo de pobreza.
Como parte de los esfuerzos del Minsa contra la anemia, esta semana el Instituto Nacional de Salud presentó el arroz fortificado, que será parte de la estrategia del gobierno en esta lucha. Este arroz, fortificado con hierro, podrá llegar a la población a través de los programas sociales. El esfuerzo conjunto puede lograr buenos resultados. ¿Será posible bajar la anemia al 19% el 2021?
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