martes, 23 de abril de 2019


Salud en Casa.- Es esta semana del año un buen momento para revisar y resaltar la importancia que ha tenido la vacunación en la salud y desarrollo del ser humano y su ambiente. Es precisamente gracias a ellas que se ha logrado prevenir millones de  muertes a nivel mundial; y la humanidad ha descansado de terribles epidemias  de enfermedades documentadas su historia (como la viruela y la polio),  que le causaron devastación por mortandad y terribles secuelas (como las deformaciones por viruela o la parálisis por polio).


Hay que hacer notar por otro lado que enfermedades como difteria y sarampión están re emergiendo, y esto debido a que  parte de la población no se está vacunando. La baja cobertura de una medida de vacunación, pone en riesgo a toda la  nuestra sociedad.  Ante ello, el Dr. Juan Echevarría, Infectólogo de la Clínica Anglo Americana, resalta la importancia de las vacunas en todas las etapas de la vida, desde niños hasta la tercera edad y comenta  sobre algunos de los mitos más comunes que trae como consecuencia que la población pierda la oportunidad de vacunarse y de esta manera prevenir enfermedades.

Mitos
·         Se dice que: “Las vacunas no son necesarias ya que mejores condiciones de higiene y saneamiento evitarán enfermedades – Este mito es Falso. Ambas son necesarias, tanto las vacunas y como las medidas de higiene. El lavado de manos por ejemplo previene enfermedades de contacto y uso de mascarillas previene enfermedades de transmisión aérea como la Influenza. La aplicación de ambas es necesaria ya que se potencian y complementan en la prevención de varias enfermedades.  Es necesario que la población se adhiera a ambas medidas de prevención: vacunación y medidas de Higiene

·          Las vacunas traen efectos secundarios, puede causar la muerte El uso de este comentario genera desinformación y esconde una verdad mayor. Al Realizar  actividades cotidianas como beber agua o comer, una persona se podría atorar y morir, pero no podemos por esto dejar de hacerlo.   Si  uno usa un antibiótico para tratar una meningitis bacteriana podría ocurrir un evento adverso causarle la muerte, pero si no usamos los antibióticos la meningitis casi seguro que va a causar la muerte. 

   Detrás de una vacuna hay cientos de estudios, que corroboran su eficacia y valoran el riesgo de eventos indeseables. Los medicamentos cuyo daño excede al beneficio, no son aceptados para su uso. Las vacunas han demostrado largamente que el beneficio excede al daño. Por otro lado, si uno comparara en poblaciones como los niños (y aun en el sujeto individual), el efecto de la vacuna y el de la enfermedad, muy probablemente la enfermedad largamente dañe más que la vacuna. 

   Siendo verdadero que  puede darse un daño con el uso de una vacuna, como podría darse un daño ingiriendo un alimento, haciendo, deporte, o usando un medio de transporte, el uso de las vacunas ha mostrado en exceso que el beneficio excede al daño y que amerita tomar el riesgo.

·          “Las enfermedades infantiles no son prevenibles por vacunas” Falso. Enfermedades como el sarampión, paperas o rubeola son enfermedades que no sólo son graves sino que traen consecuencias bastante serias en los niños (como neumonía, encefalitis y hasta la muerte aun tratándose oportunamente). Difteria, polio y sarampión son enfermedades que diezmaban a los niños, con alta mortandad y daño secuelar, gracias a las vacunas prácticamente han desaparecido en los últimos 50 años.

·         No hay que vacunar al paciente porque está con fiebre o está con infección en este momento Falso,  es deseable que una persona esté en su mejor condición para ser vacunada, sin embargo afecciones como infecciones de poca severidad o riesgo, no aumentan el riesgo de eventos colaterales, ni disminuyen la eficacia de la vacuna. Postergar la vacunación hace perder una oportunidad y retrasa una medida que es necesaria. Hay personas conciertas afecciones en las que debe evitarse cierto tipo de vacunas (en momentos claves), como puede ser el uso de vacunas vivas en pacientes con falla inmunológica severa, ya que en ese momento la vacuna le va a generar un riesgo y su eficacia no será la ideal. 

·         No hay que vacunar al niño porque su Madre está embarazada o dando de lactar - Esta afirmación es falsa para prácticamente todas las vacunas que están en uso actualmente. La gran mayoría de las vacunas en uso son agentes inertes que no se reproducen y por ende no pueden  transmitirse. 

   Las vacunas de generaciones anteriores eran agentes vivos y podía ocurrir enfermedad por cepas vacunales. A la fecha quedan pocas vacunas vivas, entre ellas la de fiebre amarilla, que no se transmite de humano a humano, y las  de polio viva y varicela (en ambos casos la probabilidad de transmisión es baja, y si la madre esta inmunizada no habría problema). Una mujer en edad reproductiva debe conversar con su Gineco-Ostetra, sobre cómo trabajar prevención con vacunas para la etapa del embarazo y post embarazo. 

    Un beneficio adicional interesante es que la vacunación de los niños evita enfermedades en los padres y los abuelos. La vacunación contra la neumonía en niños, disminuyó la tasa de neumonía en los adultos mayores; Vacunar a los familiares de personas inmunosuprimidas (por cáncer o uso de terapia inmunosupresora) es una medida de gran utilidad que ayuda al enfermo en casa.

Con estas recomendaciones, esperamos que los pacientes y sus familiares tomen conciencia de lo necesario que es que estén informados sobre los beneficios que podría brindarles el prevenir enfermedades mediante la vacunación oportuna del grupo familiar.

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