martes, 24 de septiembre de 2019


Salud en Casa.- Al dar a luz, sobre todo si se trata de una madre primeriza, es posible que los cambios tanto en su cuerpo como en su rutina, comiencen a causar cansancio, desesperación e incluso un gran sentimiento de melancolía, recurriendo al llanto en varias ocasiones y, ocasionando depresión postparto.



Según el National Institute of Mental Health, se trata de un trastorno del estado de ánimo que puede afectar a las mujeres después de dar a luz. Y los principales síntomas son tristeza extrema y ansiedad, lo cual les dificulta realizar sus actividades diaras, incidiendo en el cuidado de sí misma y de otras personas, en este caso, de su bebé recién nacidos.


La farmacéutica Galenicum Health, indica que la depresión postparto tiene diversas causas, y que principalmente, es consecuencia de una combinación de factores físicos y emocionales. Organismos internacionales, coinciden en que 1 de cada 5 mujeres sufren de depresión durante o después del embarazo, por que lo que resulta importante identificar emociones que sean inusuales, con el fin de reaccionar a tiempo y evitar este trastorno. 


Pero, ¿cómo es que se origina la depresión postparto? Después de concebir, los niveles de las hormonas de estrógeno y progesterona, en las mujeres, bajan rápidamente. Esto es lo que origina alteraciones químicas en el cerebro que pueden provocar cambios en el estado de ánimo. Adicionalmente, las horas de descanso suelen ser más cortas, por lo tanto las madres no logran recuperarse totalmente.




Es bien sabido que, la constante falta de sueño puede ocasional agotamiento físico y mental, factores que contribuyen de alguna manera a los síntomas. Por ello, Galenicum Health recomienda consultar de inmediato a un médico para confirmar si se trata de este trastorno. Asimismo, brinda algunos factores de riesgo que podrían predisponer y ayudar a prevenir la depresión postparto:


·         Haber atravesado por distintas situaciones de estrés durante el embarazo o poco despúes de haber dado a luz. Por ejemplo, la pérdida de empleo, el fallecimiento de un ser querido, abandono, entre otros.

·         Antecedentes de trastornos depresivos o de bipolaridad en otra etapa de la vida de la paciente.
·         Complicaciones médicas durante el parto, como el nacimiento prematuro del bebé o que nazca con algún tipo de problema.

·         Falta de apoyo emocional o ausentismo de la pareja y/o familia. Si se trata de un embarazo no planificado, la preocupación puede incrementar.
·         Abuso de alcohol y drogas.


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