Salud en Casa.- Al
dar a luz, sobre todo si se trata de una madre primeriza, es posible que los
cambios tanto en su cuerpo como en su rutina, comiencen a causar cansancio,
desesperación e incluso un gran sentimiento de melancolía, recurriendo al
llanto en varias ocasiones y, ocasionando depresión postparto.
Según
el National Institute of Mental Health, se trata de un trastorno del estado de
ánimo que puede afectar a las mujeres después de dar a luz. Y los principales
síntomas son tristeza extrema y ansiedad, lo cual les dificulta realizar sus
actividades diaras, incidiendo en el cuidado de sí misma y de otras personas,
en este caso, de su bebé recién nacidos.
La farmacéutica Galenicum Health, indica que la depresión postparto
tiene diversas causas, y que principalmente, es consecuencia de una combinación
de factores físicos y emocionales. Organismos internacionales, coinciden en que
1 de cada 5 mujeres sufren de depresión durante o después del embarazo, por que
lo que resulta importante identificar emociones que sean inusuales, con el fin
de reaccionar a tiempo y evitar este trastorno.
Pero, ¿cómo es que se origina la depresión postparto? Después de
concebir, los niveles de las hormonas de estrógeno y progesterona, en las
mujeres, bajan rápidamente. Esto es lo que origina alteraciones químicas en el
cerebro que pueden provocar cambios en el estado de ánimo. Adicionalmente, las
horas de descanso suelen ser más cortas, por lo tanto las madres no logran recuperarse
totalmente.
Es bien sabido que, la constante falta de sueño puede ocasional
agotamiento físico y mental, factores que contribuyen de alguna manera a los
síntomas. Por ello, Galenicum Health recomienda consultar de inmediato a un
médico para confirmar si se trata de este trastorno. Asimismo, brinda algunos
factores de riesgo que podrían predisponer y ayudar a prevenir la depresión
postparto:
·
Haber atravesado por distintas situaciones de estrés durante el
embarazo o poco despúes de haber dado a luz. Por ejemplo, la pérdida de empleo,
el fallecimiento de un ser querido, abandono, entre otros.
·
Antecedentes de trastornos depresivos o de bipolaridad en otra
etapa de la vida de la paciente.
·
Complicaciones médicas durante el parto, como el nacimiento
prematuro del bebé o que nazca con algún tipo de problema.
·
Falta de apoyo emocional o ausentismo de la pareja y/o familia.
Si se trata de un embarazo no planificado, la preocupación puede incrementar.
·
Abuso de alcohol y drogas.
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