miércoles, 5 de agosto de 2020

Los pacientes recuperados de coronavirus deben continuar con una alimentación balanceada y rica en nutrientes.


Salud en Casa.- Un paciente en recuperación de la enfermedad de COVID-19 debe mantener una alimentación balanceada que le brinde energía para mantener un peso adecuado, proteínas, vitaminas y minerales que fortalecen las defensas naturales del organismo que se encuentran en los cereales como el arroz, tubérculos como la papa y camote, productos de origen animal como las carnes, lácteos y vísceras como el hígado y sangrecita, explicó Patricia Chávez, directora de la carrera de nutrición de la Universidad Privada del Norte (UPN).


Para la especialista de UPN, un régimen adecuado ayudará a la recuperación total del paciente. “Dependiendo de su condición y gravedad, una persona en proceso de recuperación requiere una dieta específica cubra la necesidad de energía y nutrientes del organismo. El objetivo fundamental es preservar la masa muscular y evitar un estado de desnutrición que agrave su condición”, indicó.


Para la especialista es importante seguir una serie de pautas para el buen estado nutricional perdido durante la enfermedad:




        Consumo adecuado de carbohidratos: Los alimentos que brindan energía al cuerpo son los que están compuestos en gran parte por carbohidratos, como son los cereales y productos derivados. Estos alimentos deben consumirse de manera diaria y en las porciones adecuadas. Es recomendable disminuir la ingesta de alimentos con alto contenido de harinas preparadas o artificiales, azúcar, los dulces y la panadería en general. Se debe preferir, cereales integrales, que adicionalmente nos aportan fibra para mejorar la salud intestinal.


 

        Consumo adecuado de proteínas: Las proteínas son nutrientes que fortalecen nuestros músculos y forman las defensas naturales del organismo. Debe incluirse diariamente carnes, pescados o huevos y una vez a la semana menestras como las lentejas, frijoles y garbanzos. Asimismo, es importante mantener el consumo de productos lácteos, como la leche descremada, queso fresco y huevos. “Se aconseja implementar estrategias como marinar los alimentos para mejorar el sabor de la carne, del pollo o del pescado, tomando en cuenta que para ello se deben utilizar condimentos naturales como hierbas, pimienta y ajo, bajo contenido de sal”, puntualizó.


 

        Mantener la hidratación:  Se recomienda la ingesta de líquidos de al menos 8 vasos con agua al día, incluso aunque no tengamos sensación de sed. Este consumo no tiene por qué limitarse al agua, sino que podemos tomar caldos o refrescos naturales de frutas sin azúcar. Lo importante, según la especialista en nutrición de UPN, es mantenerse hidratado constantemente.


        Aumentar el consumo de frutas y verduras: Alimentos que, por su alto contenido de vitaminas y minerales, refuerzan el sistema inmunológico, protegiéndonos contra enfermedades e incentivando una pronta recuperación. Se debe consumir 5 porciones al día de estos alimentos como: la naranja, zanahoria, papaya, fresas, arándanos, espinaca y brócoli.


La especialista de UPN explicó que la dieta tiene como objetivo evitar la pérdida de masa corporal y, en definitiva, mejorar la calidad de vida. No evitaremos el contagio de la enfermedad solo con alimentación, pero un régimen saludable, variado y equilibrado mejora los mecanismos de defensa de nuestro organismo.

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