· La investigación encontró que, en una escala del
1 al 10, el promedio nacional de desempeño en prevención y control de la
enfermedad se encuentra por debajo de 4 puntos.
Salud en Casa.- En el marco de la presentación del estudio “Evaluación del estado de acceso a la salud en cáncer de mama en Perú”, la Dra. Denisse Bretel, oncóloga y directora médica del Grupo de Estudios Clínicos Oncológicos Peruanos (Gecoperu), advirtió que la atención del cáncer de mama no es una prioridad de salud pública en el Perú.
Esto ocurre pese a que, como
enfermedad generalizada, es responsable del mayor número de muertes en el país (cada
año fallecen al menos 2,000 mujeres por esta patología, según cifras oficiales).
Esta situación, asegura, supone un inminente riesgo para la calidad de vida y
la salud de las personas afectadas por esta condición.
La investigación analizó el
desempeño del Perú en cuatro campos esenciales en el control del cáncer de
mama: prevención y detección temprana, acceso a medicamentos, disponibilidad de
radioterapia y financiación.
E El puntaje promedio del país estuvo por debajo de 4 en una escala de 10. Además, se evidenció el marcado desequilibrio que persiste entre las distintas regiones del territorio nacional: mientras que hubo departamentos como Ucayali (1.39); Pasco (1.45); Huancavelica (1.68); Cajamarca (1.88); Amazonas (1.90); Moquegua (1.92) y Piura (1.92) que no alcanzaron siquiera los 2 puntos; Arequipa (5.80), Lambayeque (4.91) y La Libertad (4.52) aparecieron entre los mejor evaluados.
De acuerdo con la especialista, entre los principales desafíos se encontró:
1.
Alta
detección en estadios avanzados. Alrededor del 60% de los casos de cáncer de mama que se reportan en el
país se identifican en las fases III o IV, debido a la falta de recursos
humanos, la carencia de equipamiento para un diagnóstico eficaz y la poca práctica
del autoexamen.
2.
Escasez
de especialistas.
Actualmente, solo 12 departamentos cuentan con oncólogos clínicos y hay apenas un
experto por cada 144,029, habitantes, lejos del estándar internacional
de 15 a 20 oncólogos por millón de habitantes requeridos para una atención
oncológica aceptable[2]. Una situación similar se presenta con
los oncólogos quirúrgicos y con los radiólogos. Además, la gran mayoría de los
profesionales se concentran en la región de Lima.
3.
Demoras
en la atención. Actualmente,
los pacientes peruanos esperan en promedio 8 meses para iniciar el tratamiento,
lo cual tiene un impacto importante en el pronóstico de mejoría y tasa de
supervivencia a la enfermedad.
4.
Insuficiente
financiación. El gasto en
salud del país (5% del PIB) es muy inferior a la cifra prevista por la OCDE,
que se sitúa en torno al 12.5% del PIB, e incluso está por debajo de la media de los países
latinoamericanos,
que ronda el 8% del PIB.
Adicionalmente,
el presupuesto se distribuye de forma desproporcionada entre las regiones y, en
algunos casos, las autoridades desvían los fondos que deberían invertir en
cáncer para atender otras enfermedades que consideran prioritarias.
5. Bajo
acceso a la innovación, especialmente para tumores avanzados. La aprobación de nuevas terapias para el
cáncer de mama en Perú es un proceso muy lento, y su incorporación en el MINSA
puede tomar años.
De hecho, hay medicamentos en guías clínicas del INEN y otros institutos que aún no son accesibles para las pacientes en el sistema
MINSA. Todo ello es especialmente relevante en un cáncer como el de mama que,
con diagnóstico y tratamiento tempranos, tiene un pronóstico muy favorable para
las pacientes.
L La Dra. Bretel explica que todos esos factores exacerban la inequidad que
existe en el país, en materia de salud: “La realidad es que las mujeres
peruanas que sufren cáncer de mama se enfrentan a retos muy complejos ya que,
además de las barreras geográficas y culturales determinadas por la zona donde
viven, las opciones de tratamiento oportuno son limitadas y las que pueden
marcar una verdadera diferencia simplemente no están al alcance de la mayoría
de ellas”, advierte.
A Además, explica que para lograr un control eficiente del cáncer de mama es
necesario aumentar los fondos en todas las etapas del manejo de la enfermedad, capacitar
y contratar más especialistas, y adquirir más y mejores equipos para la
detección temprana. "Solo así será posible lograr la descentralización del
proceso y lograr cambios sostenibles que beneficien a las pacientes con esta
patología", finaliza.
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