miércoles, 17 de marzo de 2021

 

    La detección temprana de la enfermedad asegura una mejor respuesta a los tratamientos y una mejor calidad de vida al paciente.


   


Salud en Casa.-
El mieloma múltiple es el segundo cáncer de sangre más común en el mundo y afecta principalmente a personas de la tercera edad. De acuerdo con Globocan, en Perú se estiman 850 casos nuevos y 640 fallecimientos cada año.


   Según el Dr. Daniel Enriquez, médico oncólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), la gravedad del mieloma múltiple está relacionada con las complicaciones que genera en los pacientes como dolor óseo, fracturas en los huesos, insuficiencia renal, infecciones y anemia.


“  Mientras más edad y síntomas de la enfermedad tenga el paciente, menor probabilidad tiene de recuperarse y responder de manera positiva a los tratamientos. Por ello, la importancia de diagnosticar a tiempo esta patología recae en cambiarles la vida evitándoles complicaciones que puedan ser irreversibles”, indica el especialista.


   Los síntomas del mieloma múltiple son, además, comunes en otras patologías y propios del avance de la edad, por lo cual puede confundirse con otras enfermedades, ocasionando el retraso de su diagnóstico y que se tarde entre 2 y 5 años en alcanzarlo.





“  El retraso en el diagnóstico se genera por el poco conocimiento que hay sobre esta patología y sus características entre los profesionales de la salud y pacientes, así como por el poco acceso en las regiones a tecnologías más avanzadas de diagnóstico, como pruebas genéticas y estudios de citometría”, señala Enríquez.


  Si bien la enfermedad no tiene cura, el avance de la medicina ha contribuido a brindar una nueva perspectiva a los pacientes, que son cada vez más capaces de tener una mejor calidad de vida. El Dr. Enríquez explica que hay diversas alternativas a las cuales se puede recurrir de acuerdo con la etapa en la que se encuentre el paciente.


   Tanto en la etapa inicial (fase asintomática) como en un estado más avanzado (fase sintomática), se pueden aplicar tratamientos como la quimioterapia, terapias dirigidas, anticuerpos y trasplante de médula; las cuales se controlan a través de terapias combinadas y se van adaptando según las características del paciente.


“   Con una terapia adecuada y con los medicamentos correctos, se puede llevar una vida de manera normal. Es importante también que el paciente y su familia se mantengan informados y en contacto con profesionales que puedan apoyarlos para promover un cuadro clínico positivo”, concluye.

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