Salud en Casa.- Una de las consultas más frecuentes que realizan los padres a los pediatras son sobre las enfermedades eruptivas que se perciben en la piel de los niños durante los primeros años de vida. Estas erupciones, que vienen acompañadas de picazón e incluso hasta fiebre, se generan por virus o bacterias, siendo las enfermedades más frecuentes y comunes, la varicela, el sarampión y la rubéola.
Si bien
estas enfermedades suelen presentarse en cualquier momento del año, con el
aumento de temperatura que aún sigue presente durante estos últimos días, se
convierte en uno de los principales factores para presentar brotes en
diferentes partes del país; y como consecuencia, podría generar que las
lesiones en la piel se infecten y en algunos casos presentar complicaciones
graves que podrían desencadenar en una neumonía, encefalitis o en el peor de
los casos generar la muerte.
En Perú,
solo en el caso de varicela se registraron más de 1,500 nuevos casos durante el
2020, de los cuales más del 40% de casos se registraron en niños menores de 5
años. Por este motivo, el Ministerio de Salud dentro de su Calendario Nacional
de Vacunación, cuenta con vacunas gratuitas contra las enfermedades eruptivas
más comunes en la infancia y que son aplicadas en todos los establecimientos de
salud públicos.
De esta
manera, considerando que cada una de las enfermedades eruptivas se presentan
con distintas características, períodos de contagio y evolución de la
enfermedad, el Dr. Carlos Chávez brinda información sobre las principales
enfermedades eruptivas en los niños y cómo prevenirlas:
1. VARICELA: Esta es una enfermedad
infecciosa viral, muy contagiosa, frecuente en los niños, e incluso en
adolescentes y adultos; sin embargo, se presenta con mayor incidencia en niños
menores de 5 años. Los síntomas al inicio pueden presentarse con congestión
nasal, tos, estornudos e inclusive fiebre, luego de 1 o 2 días, suele
presentarse erupciones con ronchas con apariencia de ampollas. Esta enfermedad
puede transmitirse a través de la saliva, gotitas al respirar o tocando las
ampollas que se producen en la enfermedad. Esta vacuna se venía aplicando de
forma gratuita en los establecimientos de salud público a nivel nacional a
niños desde los 12 meses de edad hasta los 4 años, 11 meses y 29 días.
2. SARAMPIÓN: El principal signo del
sarampión es la fiebre de 4 a 7 días, además, puede presentar congestión nasal,
tos, ojos llorosos y rojos y unas pequeñas manchas blancas en la parte interna
de las mejillas. Esta enfermedad es causada por un virus de la familia de los
paramixovirus, que puede producir epidemias que causan muchas muertes, especialmente
entre los niños pequeños malnutridos. La mejor forma de prevención es la
vacunación sistemática de los niños; para ello, el MINSA brinda la vacuna a
todos los niños(as) entre los seis meses y cinco años de edad.
3. RUBÉOLA: La rubéola es una enfermedad
que suele ser leve, se presenta con erupciones en la piel, fiebre, vómitos y
conjuntivitis leve. Estas erupciones en la piel suelen presentarse primero en
el rostro y cuello antes de expandirse a los pies, esta patología también se
puede reconocer por la inflamación linfática de los ganglios en la parte
posterior del cuello. Sin embargo, en mujeres embarazadas, el virus puede
causar secuelas irreversibles para el feto. En casos raros, la rubéola puede
causar problemas graves, como infección del cerebro y sangrado. La mejor manera
de prevenir la rubéola es vacunarse contra el sarampión, las paperas y la
rubéola con una vacuna combinada (SRP o triple viral) a los 12 meses de edad y
luego un refuerzo a los 4 años de edad.
A tener en cuenta:
·
Si tienes
niños entre 1 hasta 4 años y aún no lo has vacunado contra alguna de estas
enfermedades, acude al centro de salud más cercano a tu domicilio y programa su
vacunación. No olvides llevar el DNI del menor para poder acceder a la vacuna
y seguir con todos los protocolos de bioseguridad.
·
En el caso
que el menor presente alguna de estas enfermedades evite el contacto con otros
niños, mujeres gestantes o personas con el sistema inmune debilitado. Además,
es necesario estar aislado mínimo 7 días para no contagiar. Es importante
consultar con su pediatra de confianza para determinar el momento adecuado.
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