Salud en Casa.- Una alimentación saludable, durante la etapa de la adultez, es importante porque contribuye a cubrir las necesidades energéticas y nutricionales. Gracias a esto se previenen enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, la hipertensión, la osteoporosis, las dislipidemias y el cáncer. Además, se asegura que el adulto presente mayor productividad.
Carolina Antón, docente de
Nutrición y Dietética de la UTP, afirma: “Los beneficios de llevar una buena
alimentación para los adultos mayores son múltiples: previene la obesidad y sus
complicaciones; favorece el control de la presión arterial; contribuye a regular
los niveles de glucosa y colesterol; disminuye el riesgo de infarto de
miocardio o infarto cerebral; mejora la capacidad respiratoria; disminuye la
dependencia a los fármacos; mejora la funcionalidad de órganos y sistemas;
entre otros. En resumen, permite que tengan una mejor calidad de vida”.
En este sentido, la especialista
en Nutrición, comparte una lista de alimentos esenciales en la dieta de un
adulto mayor.
Huevo, carnes magras (pavo, pollo) y sangrecita. Son importantes
por su contenido de proteínas, hierro y zinc. Estos elementos son necesarios
para proteger contra el daño oxidativo; favorecen la cicatrización de la piel,
y contribuyen en la creación de hemoglobina, previniendo la anemia, que es muy
común en esta etapa de vida.
Pescado. Contribuye por su contenido en grasas saludables, como los
ácidos grasos omega 3, necesarios para beneficiar la salud del corazón y
reducir el riesgo de que se presente alguna enfermedad cardíaca.
Palta, aceitunas, frutos secos y aceite crudo. Su aporte de grasas
insaturadas es fundamental para disminuir el desarrollo de factores de riesgo
cardiovascular. Entre ellos se encuentran las alteraciones en los lípidos,
lipoproteínas plasmáticas y factores de riesgo asociados a la trombogénesis e
insulinorresistencia, además de cataratas, diabetes y cáncer de próstata.
Frutas y verduras. Son importantes por su contenido en vitaminas,
minerales y fibra, fundamental para mejorar la digestión y evitar el
estreñimiento.
Legumbres. Al ser un alimento con bajo índice glicémico, influye en
la prevención de la resistencia a la insulina y la reducción de
hipercolesterolemia. Además, como son ricas en fibras insolubles y contienen
una importante cantidad de almidón resistente de hidrólisis lenta, contribuyen
a restablecer el tránsito intestinal y a prevenir el cáncer colorrectal.
Lácteos y derivados. Estos alimentos son fundamentales para
mantener la masa ósea y reducir el riesgo de osteoporosis.
Finalmente, Antón recomienda para
este grupo etario: Aumentar el consumo de leche y productos lácteos
descremados; consumir, por lo menos tres veces a la semana, alimentos de origen
animal, como carnes magras y vísceras; usar sal yodada en las comidas, sin
exageración; consumir diariamente de seis a ocho vasos de agua para asegurar la
hidratación; evitar el consumo exagerado de azúcar, dulces, bebidas gaseosas y
alcohólicas; reducir el consumo del té y el café, y realizar diariamente, por
lo menos, 30 minutos de actividad física como caminatas.
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