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Para 2050 se
prevé que la demencia afectará a 152 millones de personas, dado que el riesgo
de padecerlo aumenta con la edad.
Salud en Casa.- La demencia es uno de los trastornos más devastadores que se van desarrollando a medida que las personas envejecen, provocando una pérdida progresiva de la capacidad para pensar, recordar y razonar. Su causa responde a trastornos cerebrales que, con el tiempo, pueden limitar el habla, el movimiento e incluso la capacidad del paciente de reconocer a sus seres queridos.
Según datos de Alzheimer’s Disease International, para el 2050 se prevé que la demencia afectará a 152 millones de personas, dado que el riesgo de padecerlo aumenta con la edad, lo que hace que la búsqueda de soluciones sea una tarea mucho más compleja, ya que la demencia no solo hace referencia a una enfermedad sino también a varias derivadas: Alzheimer, demencia vascular, demencia mixta, entre otras.
El Alzheimer, la variante más conocida de la demencia, ocurre cuando en el cerebro
se forman cúmulos anormales que interfieren en la actividad normal de las
células cerebrales y, de acuerdo a la Alzheimer’s Association, representa entre
el 60% y el 80% de todas las formas de demencias. Este es uno de esos
trastornos que continúan siendo difíciles de diagnosticar y tratar debido a la dificultad
que tiene el paciente para contar su historial médico o para acudir a
familiares que puedan tener mayor claridad sobre episodios o cambios notorios en
el paciente.
Si un médico de atención primaria sospecha la existencia de demencia, el paciente puede ser remitido a un especialista o a una clínica especializada, donde pueden realizarse diversas pruebas, entre ellas:
1. Pruebas
cognitivas y neuropsicológicas. ayudan
a evaluar la memoria, la resolución de problemas, las habilidades lingüísticas
y otras actividades cerebrales. Con estas pruebas se pueden determinar causas
de demencia por patrones característicos de afectación en todo el cerebro, y
también a evaluar la gravedad de los déficits.
2. Evaluaciones
psiquiátricas. Este tipo de chequeos
ayudan a identificar signos de depresión u otros trastornos mentales que puedan
contribuir a los síntomas de una persona.
3. Análisis
de sangre y otras pruebas de laboratorio.
Las pruebas invitro pueden ayudar a descartar otras posibles causas de los
síntomas del paciente como deficiencias de nutrientes, que pueden ser
tratables.
4. Exploraciones
cerebrales. Con un diagnóstico por
imagen se pueden descartar accidentes cerebrovasculares, tumores y otros
problemas en el cerebro, así como detectar el patrón de cambios en la
estructura cerebral. Las exploraciones más comunes son el TAC (Tomografía
Computarizada) y la RM (Resonancia Magnética).
5. Biomarcadores
de fluidos. El biomarcador más utilizado
para la enfermedad de Alzheimer mide proteínas clave en el líquido
cefalorraquídeo (LCR). En la enfermedad de Alzheimer, los niveles de la
proteína beta-amiloide son bajos, mientras que los niveles de las proteínas tau
total (t-tau) y tau fosforilada (p-tau) son más altos que en los ancianos sanos.
Los
retos de la demencia subrayan la necesidad de potencializar la medicina de
precisión para que los tratamientos que se vayan a implementar puedan ir
completamente acorde al individuo que lo necesita. El uso de la tecnología de
punta en el tamizaje y seguimiento de la patología pueden hacer de este proceso
un trayecto más amigable para el médico y para el paciente. A partir de esto,
se incentiva un diagnóstico temprano que permita hacer frente a estas
enfermedades progresivas”, menciona Sergio Arturo Dominguez, director de
Cuidados Neurovasculares en Siemens Healthineers, Latinoamérica.
Sin
duda, esta enfermedad supone un reto para los médicos que quieren establecer
parámetros para poder especificar desde qué edad se puede evidenciar el avance
de la demencia, o cuáles mutaciones son las que impulsan su desarrollo,
factores que ayudan a identificar mejor los puntos de partida. Gracias a la
innovación, las pruebas mencionadas anteriormente pueden resultar útiles en
casos complejos donde los datos clínicos son contradictorios o poco fiables.
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