Salud en Casa.- La salud urinaria es un aspecto fundamental del bienestar general de los infantes, pero en ocasiones no se le da la importancia debida y se pasa por alto. Es primordial que los padres estén atentos a ciertos indicios de que su hijo requiere una evaluación urológica.
De acuerdo con el Dr. Carlos Murillo, Urólogo Pediatra del Centro Médico Urozen, los trastornos urológicos en niños afectan el tracto urinario y los órganos genitales y se pueden presentar desde el nacimiento o desarrollarlos más tarde en la infancia o en la adolescencia.
“Algunos de los problemas urológicos más comunes en niños incluyen la disfunción miccional, mal descenso testicular, hidronefrosis y vejiga neurogénica. También se dan casos de trastornos de la micción como la enuresis nocturna, que es la pérdida de control de la vejiga durante el sueño. Además, es posible que se presenten infecciones urinarias recurrentes, cálculos renales, torsión testicular y trastornos congénitos de la diferenciación sexual”, agrega el Dr. Murillo.
En muchos casos estas alteraciones son asintomáticas o presentan síntomas sutiles, por lo que pasan desapercibidas. En ese sentido, el especialista ofrece cinco señales que se deben tener en cuenta los padres para saber si su hijo requiere una visita al urólogo:
1. Molestia al orinar: Si el niño se queja de dolor al miccionar o si nota incomodidad al momento de ir al baño, puede ser una señal de una infección urinaria u otra alteración relacionada.
2. Problemas de control de la vejiga: Si su hijo tiene dificultades para contener la orina, moja la cama durante la noche o tiene accidentes en el día, es posible que deba ser evaluado por un urólogo.
3. Cambios en el patrón de micción: Si nota que el menor experimenta una modificación en su patrón de micción, como orinar con más frecuencia o en cantidades más pequeñas, o si tiene complicaciones para orinar, es importante buscar atención médica.
4. Dolor en el abdomen o la espalda baja: Las molestias en el abdomen o en la zona lumbar, especialmente si están acompañadas de otros síntomas urinarios, como el dolor al orinar o los cambios en el patrón de micción, son indicios de que el niño debe ser examinado por un urólogo.
5. Antecedentes familiares: Si en el hogar alguno de los integrantes ha tenido padecimientos urológicos, como infecciones urinarias recurrente, problemas de control de la vejiga, hidronefrosis o mal descenso testicular es conveniente que los menores sean revisados por un urólogo.
La detección temprana y el tratamiento de las afecciones urinarias en los pequeños pueden prevenir consecuencias a largo plazo y mejorar la calidad de vida del niño. Si su hijo experimenta cualquiera de estas señales, es recomendable buscar atención médica de inmediato. El urólogo examinará al menor y ofrecerá un plan de tratamiento adecuado si fuera necesario.
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