Salud en Casa.- Cada vez es más habitual que las mujeres recurran a la toxina botulínica o bótox, para reducir las arrugas faciales de expresión, con el objetivo de desacelerar, en parte, el proceso de envejecimiento en esta zona sensible del cuerpo. No obstante, los especialistas también recomiendan usar este tratamiento estético de manera preventiva, en especial en aquellas zonas predispuestas a la aparición de las primeras arrugas, para que éstas no lleguen a extenderse y mantener una mirada y apariencia joven.
“La inyección de Bótox es un tratamiento mínimamente invasivo. Por lo general, se aplica en el tercio superior de la cara, para atenuar las arrugas en el entrecejo, la frente y las denominadas “patas de gallo”. Según la evaluación del médico especialista, también puede ser aplicado en otras zonas, logrando óptimos resultados”, indicó la doctora Carla Hübner, dermatóloga del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma.
Además, la especialista explicó que a medida que perdemos la elasticidad de la piel con el paso de los años, las arrugas dinámicas que solo aparecían con las expresiones de la cara al contraer los músculos, se pueden transformar en arrugas permanentes y profundas. Por ello, el tratamiento con Bótox es muy recomendado y consiste en suavizar el movimiento de los músculos faciales, para reducir la aparición de líneas profundas y arrugas permanentes.
“Cada persona empieza a experimentar la aparición de líneas de expresión en función a diversos factores, por lo que no existe una edad universal a partir de la cual esté indicada la aplicación del tratamiento de Bótox preventivo. Por ejemplo, los factores genéticos y los hábitos rutinarios, la alimentación, exposición al sol, consumo de alcohol, fumar, entre otros, determinarán la edad y el grado de aparición de las arrugas”, comentó la doctora Hübner.
Se recomienda iniciar este tratamiento alrededor de los 30 a 35 años, a fin de lograr atenuar las primeras arrugas de manera preventiva, con un resultado natural en el paciente. Después de aplicado el Bótox, sus efectos se pueden apreciar entre 7 a 10 días posteriores. El efecto logrado puede durar de 3 a 4 meses.
La especialista también recomendó que posteriormente a la aplicación de la toxina botulínica, el paciente debe evitar realizar ejercicio físico, no exponerse al calor de la secadora, al humo del cigarrillo, no ingerir bebidas alcohólicas, evitar masajearse en la zona tratada y no acudir al sauna, a fin de que el tratamiento tenga los resultados esperados..
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