El suicidio ya es considerado un problema de salud pública a nivel mundial, cobrando más de 700,000 víctimas anuales en todo el mundo y consolidándose como la segunda causa de muerte más frecuente para los jóvenes entre los 15 y 29 años.
Salud en Casa.- Desde nuestro periodo en aislamiento, la salud mental ocupó muchos aspectos de nuestra vida cotidiana, siendo abordada en conversaciones con más frecuencia, analizada desde distintos ámbitos, pero siempre dejando de lado una de sus consecuencias más fatales: el suicidio. Hoy, es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un problema de salud pública a nivel mundial, ya que cobra más de 700,000 víctimas al año y es reconocida como la segunda causa de muerte más frecuente para los jóvenes entre los 15 y 29 años.
“Pocos reconocen la gravedad de la situación hasta que revisan las cifras. Si lo hicieran sabrían que el continente americano es el que registra mayor índice de suicidios anuales (97,000), que la mayoría de sus víctimas son jóvenes entre los 12 y 29 años o que más del 80% de las personas que sufren problemas de salud mental corren riesgo de suicidio. Todo esto pasa a diario, pero si no promovemos la conversación al respecto es como si no existiera”, comenta la Dra. Taniht Cubas Romero, Directora de la Carrera de Psicología de la Universidad Autónoma del Perú
Ante este preocupante panorama, la Universidad Autónoma del Perú capacitó a un grupo de estudiantes voluntarios para formar parte de la Brigada Universitaria de Prevención de la Conducta Suicida. Se trata de un grupo enfocado en la preparación de futuros profesionales de la psicología para intervenir de manera preventiva y promocional en situaciones relacionadas con la conducta suicida.
En esa línea, Cubas brindó algunas recomendaciones para identificar a tiempo conductas de riesgo y brindar apoyo efectivo a los jóvenes con depresión u otros problemas emocionales:
Alertar el aislamiento: Estar atento a cambios repentinos en el comportamiento de un joven, como aislamiento social, irritabilidad extrema o la pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban.
Conducta de descuido:La negligencia en el cuidado personal y la apariencia pueden indicar problemas subyacentes. Un descenso repentino en las calificaciones o la motivación académica puede ser un signo de angustia.
Escucha comprensiva: Ofrece tu atención y escucha sin juzgar cuando un joven quiera hablar sobre sus sentimientos. Trata de comprender lo que están pasando y cómo se sienten. La empatía puede fortalecer los lazos emocionales y brindar consuelo.
Promueve recursos de apoyo: Si sospechas que un joven está en riesgo, no dudes en buscar ayuda de un profesional de salud mental o un consejero escolar. No subestimes la importancia de la intervención profesional.
“La prevención prevención del suicidio es una responsabilidad compartida de la sociedad. Al estar informados sobre los signos de alerta y al brindar apoyo emocional a los jóvenes, podemos desempeñar un papel crucial en la prevención de esta trágica pérdida de vidas. Esta es la diferencia que buscamos marcar con la Brigada de Prevención de la Conducta Suicida”, agregó Cubas.
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